[2] Fue alumno de José Álvarez Cubero, del que aprendió la estética neoclásica.
[4] Tras conseguir el segundo premio en el concurso de la Academia de 1832 con un relieve llamado Entrega del rey niño Alfonso XI a la reina y al infante don Pedro por el obispo don Sancho de Ávila, fue pensionado durante tres años para acudir a finalizar sus estudios en Roma, donde recibió lecciones de los escultores neoclásicos Thorvaldsen, del que ya en España escribiría una biografía,[5] Tenerani y Antonio Solá.
[4] En Roma realizó obras de gran contenido dramático, con éxito internacional.
La más destacada fue la realizada para su envío de pensionado, Ulises reconocido por Euricles.
[6] Llevó a cabo una gran cantidad de obras: bustos, relieves, estatuas y monumentos funerarios, siguiendo el estilo neoclásico.
En su faceta retratística, realizó numerosos bustos, consiguiendo una aproximación más realista a aquellos personajes de menor significación pública, como por ejemplo con los bustos del doctor Lera o de José Madrazo.
En 1853 el gobierno español encargó una estatua a Ponzano para el Panteón de Hombres Ilustres en conmemoración de tres ilustres políticos liberales: Agustín Argüelles, José Calatrava y Juan Álvarez Mendizábal.
Destacó en Ponzano su depurado oficio, su excelente formación y su equilibrada corrección.
Federico Madrazo realizó un retrato de la joven esposa de Ponzano que se encuentra en el Museo del Prado entre otros retratos del matrimonio.
Según el investigador Wifredo Rincón García,[8] se trata de un autor olvidado en la actualidad.
Su fama decayó por ser fiel al estilo neoclásico en una época en la que ya se consideraba superado.
[9] En Madrid, se encuentra la Calle Ponzano, en el céntrico barrio de Chamberí.