En 1833 viajó a Roma, donde estudió con Antoni Solà y Pietro Tenerani, en cuyo taller trabajó; también recibió consejos puntuales de Bertel Thorvaldsen.
En su faceta como profesor, insistió en el estudio riguroso de la anatomía, el dibujo de los modelos antiguos, la práctica realizada sobre bloques de mármol, el trabajo con vaciados en yeso y modelados en barro.
Aunque de estilo eminentemente romántico, en su obra se perciben toques realistas, lo que confiere cierto eclecticismo a su obra.
[3] De su producción mexicana cabe destacar: Moctezuma (1850), La Malinche (1850), Iturbide (1850), Tlahuicole (1852) y Cristóbal Colón; así como diversos bustos: Francisco Sánchez de Tagle (1852), Fray Cristóbal de Nájera (1853), Manuel Tolsá (1852), Lucas Alamán (1853), Antonio López de Santa Anna (1853), Manuel Diez de Bonilla (1852) y Mercedes Espada (1856).
También ejecutó el San Carlos Borromeo protegiendo a un niño que se encuentra en el patio de la Academia de San Carlos, y el San Lucas situado en la Escuela Nacional de Medicina.