Se conoce que en la Academia de San Carlos tuvo tres grandes maestros: José María Monroy, Pelegrín Clavé y Manuel Villar.Su hermano José María lo introdujo en el arte de la pintura, mismo que estudió luego con el catalán Clavé.Entre 1868 y 1869 pintó la Alegoría de la Constitución de 1857, hecho que le valió el perdón del presidente Benito Juárez, quien le restituyó sus derechos ciudadanos.[1] · Rafael Olea Franco reprodujo en su artículo sobre los nombres de las pulquerías publicado por la revista Otros Diálogos de la UNAM lo que el pintor Diego Rivera escribió sobre la inauguración de “La Fuente Embriagadora” a la que asistieron el presidente Benito Juárez y el pintor Petronilo Monroy[2] “…don Benito Juárez —según me contaba mi maestro don Andrés Ríos— fue de gran chistera y frac, acompañado de su Ministro de Instrucción y Bellas Artes, a la inauguración de la “Fuente Embriagadora”, pulquería de ese nombre, sita, por aquel entonces, en la calle de Tacuba, y con motivo del cuadro de don Petronilo Monroy, cuyo título era el nombre de la pulquería, obra Ingristopopular de amable belleza, que yo, allí por mis siete años de edad, alcancé a ver todavía, y la recuerdo con una especie de agrado y ternura, no menores que las que siento por la “Source”, del maestro de Montauban, que guarda el Louvre.Luis Mario Schneider escribió el libro José María y Petronilo Monroy Los Hermanos pintores de Tenancingo en 1992, que recibió el "Luis Cardoza y Aragón".
"El sacrificio de una princesa Acolhua” fue pintado por Monroy en 1881, poco antes de su muerte
La Alegoría de la Constitución de 1857 además de fama, significó el perdón para el pintor