[2][3][4] No hay que confundirlo con el Preciosismo, un movimiento social y cultural de la Francia del siglo XVII.
En la crítica e historiografía del arte español, los términos "Preciosismo" y "preciosista" se utilizan para designar un estilo o tendencia presente, entre otros (historicismo, orientalismo, neobarroco)[5][6] y mezclado con ellos (también se utiliza el término "eclecticismo"), en la pintura española, vinculados especialmente a Mariano Fortuny.
[7] La preferencia por formatos reducidos hace que las obras preciosistas se asocien con el término francés tableautin ("tablita" o "cuadrito" -sea el soporte tabla o lienzo-) y la expresión española "pintura de gabinete" (que se puede remontar al siglo XVIII).
Fortuny había sido introducido por Eduardo Zamacois, seguidor del pintor francés Jean-Louis-Ernest Meissonier (que venía produciendo obras de ese estilo), en el círculo del marchante Adolphe Goupil (que llevó al pintor español a un gran éxito de clientela).
Mariano Fortuny sería por tanto a la vez seguidor y superador de esa corriente.
[8][9][10][11][12][13] También, pero menos frecuentemente, se aplica el adjetivo "preciosista" a la pintura de otras escuelas nacionales.
Sería posterior a una "primera generación" de pintores anteriores, nacidos en los años treinta del siglo XIX y que protagonizaban la actualidad artística hasta entonces (Antonio Gisbert, Casado del Alisal, Eduardo Rosales); en cambio, la segunda generación, los nacidos en los años cuarenta (Ignacio Pinazo, Francisco Pradilla, Antonio Muñoz Degrain o Emilio Sala), protagonizará la pintura española del último tercio de siglo, y se caracteriza por los gestos melodramáticos, los paisajes abiertos y el virtuosismo táctil de los ropajes.
[26] El propio Fortuny (nacido en 1838) y sus amigos pintores españoles en Roma (Joaquín Agrasot, Tomás Moragas, Martín Rico, Bernardo Ferrándiz), se sitúan generacionalmente entre ambas.