[2] Era el mediano de tres hermanos, todos varones (José, el mayor, y Antonio).
En 1895, con once años, participó por primera vez en una exposición, contribuyendo con cuadros de temas granadinos.
También ganó un concurso conmemorativo del cincuenta aniversario del Liceo Artístico y Literario de Granada, lo que le valió un premio en metálico y se inscrito como socio de mérito en el Liceo.
Rinaldi agradeció así al hijo de su amigo el retrato que le había hecho.
Allí fue alumno del valenciano Muñoz Degrain, al que ya había conocido en la escuela de Bellas Artes malagueña.
Con el paréntesis del curso 1900-1901, en el que no consta su inscripción, sería alumno de la Escuela Especial hasta el año académico 1902-1903.
[9][10] Durante el verano de 1900, con dieciséis años, regresó a Tánger, esta vez para pintar un óleo para el residente británico en el puerto marroquí.
[11] En 1902-1903 regresó al norte de África y pintó una serie de óleos sobre cartulina ilustrando la guerra civil entre el sultán Abd al-Aziz y el usurpador conocido como Bu Hamara o el "Rogui".
[14] Regresó a Granada y se sabe que compartió estudio con Pablo de Loyzaga o con Vicente León.
De esta época se publicaron tres óleos en La Ilustración Española y Americana.
[3] También siguió cultivando los temas marroquíes y en 1913 visitó Tetuán, meses antes de su ocupación por tropas españolas, donde tomó apuntes que utilizaría en sendas pinturas en las que recogía las entradas en la ciudad marroquí de las primeras autoridades del recién creado protectorado español de Marruecos, el general Alfau (primer alto comisario) y Muley el Mehdi, primer jalifa, así como en otras obras en las que reflejaría las campañas del ejército español en Marruecos.
[3] Durante su residencia en San Roque, se integró totalmente en la vida social y cultural de la localidad, llegando a ser elegido concejal.
[21] En 1918 Bertuchi y su familia decidieron trasladarse a Ceuta, una ciudad en plena expansión, que había visto la abolición del presidio por parte del gobierno Canalejas pocos años antes y se había convertido en la puerta de entrada al recién creado protectorado.
[23] Con Ceuta como residencia, aprovechó para conocer de forma más intensa el territorio del protectorado, al que viajó frecuentemente, muchas veces acompañando a las tropas españolas.
La ciudad, sagrada para los rifeños, fue tomada por las tropas españolas tras la derrota del Raisuni en octubre de 1920.
Por ello, las nuevas autoridades del Directorio Militar le concedieron la Cruz del Mérito Militar en noviembre de 1923,[25] junto a casi una decena de periodistas que informaban desde Melilla.
Comenzaba así su colaboración con José Gutiérrez Lescura, arquitecto municipal de la ciudad.
[33] La revista pasó en 1926 a llamarse África y en ella Bertuchi siguió desempeñando la dirección artística.
[37] Durante 1928 estuvo viviendo entre Ceuta, Tetuán, y Sevilla, donde el año siguiente se celebraba la Exposición Iberoamericana.
El año 1928 fue clave tanto en la consolidación del protectorado español como en la trayectoria vital y profesional de Bertuchi.
[19] Durante toda su estancia en Tetuán, su producción artística sería variada y abundante.
La exposición, compuesta por pinturas sobre la guerra que «desarrollan temas del glorioso Movimiento español»,[54] fue el primer gran acontecimiento pictórico de la posguerra, y se celebró posteriormente en Madrid, con gran éxito.
[47] Los profesores debían de ser titulados por alguna Escuela Superior de Bellas Artes y en ella comenzaron su carrera artistas como los españoles Amadeo Freixas, Antonio Moya Quirós, Fernández Florentín, Martín Prado... o los marroquíes Mekki Megara, Mohammed Melehi o Saad Ben Cheffaj.
[40] La preocupación por el patrimonio autóctono del protectorado se dejó sentir también en la arquitectura y el urbanismo.
Su estilo se fue perfeccionando, con una pincelada rápida y empastada, alcanzando en su madurez unos acusados contrastes entre luces y sombras, lo que hizo que su estilo fuese catalogado como impresionista e incluso como posimpresionista[60] o tardo-impresionista.
[61] La representación de Marruecos que hizo en los carteles y folletos turísticos, aunque imbuida en un cierto tono paternalista, presentó al país inmerso en una visión tradicional si bien incorporando símbolos de modernidad (como coches, aviones o barcos).
[63] Sin embargo, a pesar del cariño y dedicación por el mundo marroquí, Bertuchi, que fue no solo artista sino alto funcionario de la administración colonial española en Marruecos, no olvida su identificación con la colonización española y ensalza las gestas españolas en las guerras marroquíes y la acción colonizadora de la metrópoli.
[50] Por otra parte, sus responsabilidades como alto funcionario en la administración colonial ha sido calificada de trascendental.
[65] Tras su muerte y la independencia de Marruecos, las instituciones que fundó o dirigió siguieron en funcionamiento.
[80] Se previó la apertura del nuevo espacio expositivo ese mismo año, si bien el proyecto ha ido acumulando retrasos.