Mujeres de Argel en su apartamento

[1]​ Dos años después (1834) debió recomponer la escena en su imaginación, una vez que regresó a su taller de París.

El pintor usó esta técnica en muchas figuras para lograr un aire de misterio y aislamiento.

A su lado están sentadas otras dos mujeres mientras que otra figura femenina, una criada negra, está en pie; su presencia, de espaldas y girando, parece hacer entrar al espectador en el cuadro.

Delacroix quedó entusiasmado por la luz del norte de África, y pretendió plasmarla en sus obras.

No obstante, para el pintor, este universo femenino encarnaba lo verdadero y lo bello, redescubriendo la Antigüedad.

[2]​ En cuanto a la técnica, usó pequeños toques de color, independientes, lo cual explica que sea considerado precedente del impresionismo.

Estudio para las Mujeres de Argel, 1832, Acuarela con retoques de lápiz, 10,7x13,8 cm.