Los arqueólogos no tienen claro donde se encontraba la entrada original al recinto en caso de que la hubiese.
Durante el siglo X se excavó una entrada en la zona nororiental del muro, un poco por encima del nivel del suelo, y se construyeron escalinatas desde el norte y el este hasta la entrada (una escalinata para entrar y otra para salir).
Durante esta época se construyó un nuevo techado con gablete, ventanas de claristorio y bóveda.
El historiador y noble damasceno Ibn al-Qalanisi también alude en su crónica a este incidente, que despertó la curiosidad de las tres comunidades monoteístas del Levante meridional: musulmanes, judíos y cristianos.
Ese día contemplé la cueva y recé, alabado sea Dios, (dando gracias) por todo”.
Abram de Bron, y dejó escrito: En 1188, Saladino conquistó la Palestina y volvió a convertir la Tumba de los Patriarcas en una mezquita,[12] aunque permitió a los cristianos seguir orando allí.
Samuel ben Samson visitó la cueva en 1210 y dejó constancia de que el visitante debía descender 24 escalones en un pasadizo tan estrecho que tocaba la roca con ambas manos.
En el nivel más alto de la kalah se erigió un cenotafio en memoria de José para que los visitantes del recinto no tuviesen que abandonarlo y rodearlo por el exterior para mostrarle sus respetos.
Ali Bey, uno de los pocos extranjeros que consiguió acceder a ella, escribió en 1807: Un viajero contemporáneo, M. Ermete Pierotti, describió en 1862 el enorme celo con el que los musulmanes guardan el santuario y la práctica de enviar peticiones a los patriarcas: El Imperio británico pasó a administrar la región de Palestina en la forma de un mandato tras la victoria aliada en la Primera Guerra Mundial.
El Mandato británico se extendió desde 1922 hasta 1948, momento en el cual, tras la resolución 181 II de la Asamblea General de las Naciones Unidas, se decidió la partición del mandato en dos Estados, uno judío y otro árabe.
En los años sesenta, Jordania restauró y remodeló los alrededores de la mezquita, proceso durante el cual destruyó numerosos edificios históricos colindantes, entre ellos la fortaleza cruzada construida en 1168.
Disparó a las puertas de la mezquita con su subfusil Uzi, pero estas no se abrieron, así que enganchó con unas cadenas la puerta y su jeep y procedió a arrancarlas.
Otros 35 palestinos fueron abatidos por tropas israelíes durante los disturbios ocasionados por esta masacre.
Según este acuerdo, el waqf (organización musulmana de caridad) controla el 81 % del edificio, incluida toda la sección sudoriental, que se asienta sobre la única entrada conocida a las cuevas y posiblemente sobre la totalidad de las propias cuevas.
Desde la Segunda Intifada ha aumentado el control militar del ejército israelí sobre la Tumba de los Patriarcas; soldados israelíes rodean el lugar y controlan los accesos al santuario.
Según la tradición judía (libro del Génesis), allí se encuentran enterradas tres parejas: La otra mujer de Jacob, Raquel, está enterrada "en el camino a Efrat, que es Belén" (Génesis 35:19–20).
Hay una tradición judía según la cual, además de las tres parejas bíblicas mencionadas anteriormente, Adán y Eva fueron enterrados también aquí (Zohar, Ruth 96), que se basa en las palabras de Gen.
Algunas fuentes judías también registran el derecho de Esaú a ser enterrado en la cueva -según un comentario en el Libro del Éxodo, Jacob vendió todas sus posesiones para adquirir una tumba en la Cueva de los Patriarcas.
[19] Según el Midrash, los patriarcas fueron enterrados en la cueva porque esta es una entrada al Jardín del Edén.
Hay plegarias judías que suplican por un matrimonio en los muros del cenotafio de Sara.
[21][22] Efectivamente, el Islam considera a Abraham como un profeta que, según el Corán, construyó la Kaaba de La Meca con su hijo Ismael, y también construyó un santuario en Hebrón cuya ubicación se desconoce.
El waqf controla a día de hoy parte del complejo, mientras que otra parte está en manos judías y el ejército israelí tiene control sobre los accesos.
Las tumbas se volvieron inaccesibles a causa de un cenotafio que las recubre.
Los judíos y los musulmanes están autorizados a visitar el edificio de las tumbas al completo solo durante 10 días del año, por separado.
Durante la Guerra de los Seis Días en 1967, Israel tomó el control de la región y los rumores[cita requerida] dicen que se vio al ministro del interior israelí Moshé Dayán abrir con las llaves la tumba y que visitó el paso secreto que conduce a las tumbas en el piso inferior.
En 1994, Baruch Goldstein, un militante judío fundamentalista, mató a 29 musulmanes que rezaban en la tumba.