[6] Al igual que en la mitología griega, existen ambiciosas afirmaciones sobre dispositivos mecánicos en las leyendas de otras culturas.
Por ejemplo, en una leyenda judáica, Salomón usó su sabiduría para diseñar un trono con animales mecánicos que lo aclamaban como rey.
Caminaba a pasos rápidos, moviendo la cabeza arriba y abajo, de modo que cualquiera lo habría tomado por un ser humano vivo.
Tocó su mano y comenzó a adoptar una postura, manteniendo un ritmo perfecto... Cuando la actuación estaba llegando a su fin, el autómata guiñó un ojo y avanzó hacia las damas presentes, con lo cual el rey se enfureció y habría hecho ejecutar a Yen Shih [Yan Shi] en el acto si este último no hubiera, aterrorizado, inmediatamente desmontado el autómata para dejarle ver lo que realmente era.
[9] Se han escrito relatos chinos similares sobre autómatas voladores sobre los filósofos moístas del siglo V a. C. Mozi y su contemporáneo Lu Ban, quienes fabricaron pájaros artificiales de madera (ma yuan) que podían volar con éxito, según el Han Fei Zi y otros textos.
Los relojes no marcaban el tiempo con mucha precisión según los estándares modernos, pero los dispositivos astronómicos se usaban con cuidado para predecir las posiciones de los planetas y otros movimientos.
A mediados del siglo XVI, Christiaan Huygens tomó una idea de Galileo Galilei y la desarrolló hasta convertirla en el primer mecanismo moderno regulado mediante un péndulo.
Se cree que el monje fue fabricado por Juanelo Turriano, mecánico del emperador Carlos I de España.