Nacido en Roma, Italia, Mario Bonnard debutó en el cine como actor en 1909, dejando de actuar a partir de 1924, por lo que su carrera interpretativa tuvo lugar durante la época del cine mudo.
En 1919 dirigió a Ettore Petrolini en su primera interpretación cinematográfica en la película Mentre il pubblico ride, basada en una obra de teatro del mismo Petrolini y del futurista Francisco Cangiullo.
Antes de la llegada del cine sonoro trabajó en Alemania, dirigiendo varias películas interpretadas por Luis Trenker.
En los años posbélicos tuvo una extensa producción, y demostró ser un gran profesional atento a los gustos del público, dirigiendo obras que iban desde la comedia al drama de época, pasando por la temática sentimental.
Insuperable director de masas (Fra Diavolo) y de tramas históricas (Il ponte dei sospiri), con Città dolente (1948), una película prácticamente ignorada por el público, documentó el éxodo istriano-dálmato, mientras que con Los últimos días de Pompeya (1959), film interrumpido por una enfermedad y luego completado por Sergio Leone, probaba que con una sabia dirección y recursos limitados se podía competir con producciones a gran escala de los Estados Unidos.