Con ello, la estancia del duque de Cambridge en Hannover ya no era necesaria y por ello regresó a Londres con su familia, estableciendo su residencia en el Palacio de Kensington.
Su apariencia poco atractiva y su falta de ingresos eran los factores que contribuían a no conseguir esposo.
Su prima la reina Victoria se ocupó de ella, y le consiguió pareja.
Sin ninguna otra opción disponible, María Adelaida decidió casarse con él.
Las peticiones a la reina Victoria para obtener ingresos extra eran generalmente rechazados.
Los Tecks regresaron del exilio en 1885 y siguieron residiendo en White Lodge en Richmond Park.
Sin embargo la muerte del duque de Clarence y Avondale, seis semanas después, fue un cruel golpe.