White Lodge

La reina Carolina, esposa de Jorge II, acostumbraba visitar con frecuencia White Lodge.

Ella, que también fue guardabosques del Parque Richmond, cerró el acceso público al parque entero, exceptuando a amigos distinguidos y aquellos con permisos especiales, provocando el desprecio de la comunidad.

La princesa Amelia es recordada por añadir dos alas a la casa principal, las cuales permanecen hasta la actualidad.

Según su diario, María fue al Parque Richmond en espera de poder observar a «Sus Majestades» (Jorge III y su esposa Carlota), quienes «siempre se quedaban en White Lodge los domingos».

Él decía haber explicado su plan de batalla a Addington, dibujando líneas sobre la mesa, con un dedo humedecido en vino.

Después del fallecimiento del vizconde Sidmouth en 1844, la reina Victoria cedió la casa a su tía, la princesa María, duquesa de Gloucester y Edimburgo (única hija sobreviviente de Jorge III).

Aunque el príncipe de Gales prefería compañía estimulante para estudiar, Alberto lo mantuvo aislado allí, con solo cinco compañeros, dos los cuales eran sus tutores.

La reina quedó devastada y nunca dejó el luto en sus 40 restantes años de vida.

Tres años más tarde, murió María Adelaida, seguida en 1900 por Francisco de Teck.

En 1955, se le concedió a la Sadler's Wells Ballet School, el empleo de White Lodge de forma permanente, más tarde les fue concedida una carta real, convirtiéndose en la Royal Ballet School en 1956.

Recientemente, la escuela formó la White Lodge Redevelopment Appeal,[4]​ para financiar la remodelación y ampliación del edificio.

La duquesa de Teck y su familia.