Limita con los municipios de Níjar, Turrillas, Tabernas, Tahal, Uleila del Campo, Sorbas y Carboneras.
[1][2][3] A este topónimo tradicionalmente le suponen un origen ibérico o hispanorromano, pero los cronistas y documentos de los siglos XV y XVI lo transmiten de distinto modo, como Locayna, La Caynera o Alocainona, mientras que en época musulmana era referida como Alocainera.
Según Ramón Menéndez Pidal, este nombre podría derivarse del antropónimo Lucanius, dejando entrever que el entorno en el que se suenta el pueblo fuera propiedad de alguien llamado así.
Del periodo árabe, destacar que era una pequeña villa con su mezquita, y que su nombre era "Locaynena", adscrita a la Cora de Bayyana y posteriormente al Reino de Granada, entregada a los Reyes Católicos en el año 1488.
Por aquellos años a la villa le rodeaba una muralla, probablemente árabe con seis torres que guardaban a una torre principal en la que se refugiaban los habitantes en los asedios.
El origen de este pueblo situado en Sierra Alhamilla es de época hispanorromana, constatado por los restos arqueológicos encontrados en los alrededores del lugar, posiblemente donde se ubicaba la villa del patricio Lucainus, nombre que define y origina el topónimo actual.
Durante la Edad Media, estando Almería islamizada, según Tapia Garrido, el pueblo se integra en la llamada Tierra de Níjar, la cual se extendía como un triángulo entre cabo de Gata, Agua Amarga y Lucainena de las Torres, y compuesta por cinco lugares: Níjar, Huebro, Inox, Tarbal y Lucainena, con cabecera en Níjar que dio nombre a la zona.
La alquería musulmana surgida en un lugar privilegiado por sus aguas verá desaparecer su población, comenzando un nuevo período de su historia.
Este señorío se llamará Estado de Tahal, del cual formaba parte Lucainena junto con otros trece lugares ubicados en la sierra de los Filabres, excepto Lucainena, situado en Sierra Alhamilla.
Lucainena queda despoblada tras la expulsión de los moriscos en 1570 y, según el visitador, que viene en 1574 a organizar la comarca, apunta que antes de la rebelión había en el pueblo 436 habitantes moriscos.
Aunque el libro de Apeo y Población que se realiza en ese año contiene pocos datos útiles del siglo XVI, se indica que el pueblo fue repoblado por diecinueve colonos, sin precisar su procedencia.
Una prueba de estos conflictos con la población musulmana fue la invasión de Lucainena, en 1566 por el famoso pirata berberisco Omar al-Askenn, el cual desembarcó en Las Negras, atravesó las montañas hasta llegar a Lucainena y una vez allí saqueó la población, tomando como rehenes a más de cien cristianos.
El siglo XIX se presenta con grandes cambios, la abolición de los señoríos y el auge de la minería, que aportarán un nuevo régimen municipal y un aumento económico que aún se aprecia en las construcciones llevadas a cabo en este época; al margen de las relacionadas con la minería, se realiza también la construcción del nuevo cementerio en 1837.
El viernes, el sábado y el domingo se realiza la procesión de la Virgen.