[8] Surgida por el descontento popular y a raíz de las protestas obreras en Petrogrado, estalló cuando estas se estaban calmando.[10] Por entonces las disputas internas entre fracciones comunistas habían debilitado seriamente la administración de la flota y esta no pudo desbaratar la sublevación.[16] Pronto surgieron disturbios que solo pudieron sofocarse mediante el uso de tropas y cadetes.[32][33][18] La isla era favorable a la autonomía de los sóviets locales, con escasa influencia del Gobierno central, que consideraba en el fondo innecesario.[32][20] Muchos de los antiguos marinos habían sido enviados a diversos puntos del país durante el conflicto, sustituidos por numerosos campesinos ucranianos menos favorables al Gobierno bolchevique.En vista de que los actuales sóviets no expresan la voluntad de los obreros y campesinos, celebrar inmediatamente nuevas elecciones mediante voto secreto, con libertad para que todos los obreros y campesinos puedan realizar propaganda electoral en el período previo;Abolir todos los departamentos políticos, porque a ningún partido deben dársele privilegios especiales en la propagación de sus ideas o acordársele apoyo financiero del Estado para tales propósitos.[62] Las viejas exigencias que Lenin había defendido en 1917 se veían entonces como un intento contrarrevolucionario de derrocar al Gobierno.[67][64][68] Las autoridades pensaban apaciguar los ánimos de la multitud y enviaron como principal orador a Mijaíl Kalinin, presidente del Comité Ejecutivo Central Panruso (VTsIK).[65] Las protestas de los dirigentes comunistas fueron rechazadas, pero Kalinin pudo regresar sin problemas a Petrogrado.[67][72][71] Unos trescientos delegados se juntaron para renovar el sóviet según la decisión de la asamblea del día anterior.[72] Los principales representantes comunistas trataron de disuadir mediante amenazas a los delegados, pero solo consiguieron indignarlos.[75] En realidad, la actitud inicial del Gobierno no fue tan intransigente como parecía; el propio Kalinin indicó que las reivindicaciones eran parcialmente aceptables con algunas alteraciones.[114] Críticos con algunos dirigentes bolcheviques como Trotski o Zinóviev, en sus declaraciones a veces traslucía un cierto antisemitismo.[126] En los pocos lugares del continente donde los rebeldes lograron un cierto apoyo, los comunistas actuaron con prontitud para sofocar las revueltas.[130] Indignados por la toma de rehenes, los rebeldes rechazaron la propuesta, la única que intentó resolver la crisis mediante la negociación.[130] El 7.º Ejército, que había defendido la antigua capital durante toda la guerra civil y estaba formado principalmente por campesinos, se hallaba desmoralizado, tanto por sus deseos de acabar con la guerra como por su simpatía por las protestas obreras y su reticencia a combatir a los que consideraba camaradas en sus anteriores combates, el «orgullo y gloria» de la revolución, como los había calificado Trotski.[132] Por desgracia para los alzados, aún se encontraban parcialmente aprisionados por los hielos y no podían maniobrar con soltura.[135] Al despejarse la tormenta se retomó el duelo de artillería y por la tarde los aviones soviéticos comenzaron a bombardear la isla, pero no causaron daños importantes.[139] La mañana del 11, se intentó un nuevo[9] asalto desde la costa sureste que fracasó con gran número de bajas entre los atacantes.[140] Durante estos últimos días, los bolcheviques tuvieron que sofocar diversos amotinamientos en Peterhof y Oranienbaum, pero esto no les impidió concentrar sus fuerzas para la arremetida final; las tropas, muchas de ellas de origen campesino, además mostraban más moral que los primeros días del asedio, en gran parte por la noticia —propalada por los delegados del X Congreso comunista— del fin de las requisiciones al campesinado y su sustitución por un impuesto[10] en especie.[141] Estos no habían logrado que su sublevación se extendiese por Petrogrado y los marinos comenzaron a sentirse traicionados por los obreros de la ciudad.[147] Las primeras, ocultas por la niebla, lograron desbaratar diversos puestos artilleros, pero pronto se encontraron batidos por otros baluartes y por las ametralladoras.[148] Las grandes pérdidas sufridas por las unidades en este sector aumentaron aún más en las calles de Kronstadt, donde la resistencia fue encarnizada; un destacamento logró liberar, no obstante, a los comunistas presos por los rebeldes, que no habían sufrido daños ni represalias.[148] La lucha continuó todo el día y los civiles contribuyeron a la defensa de la isla, incluidas las mujeres.[152] Según la estimación del cónsul estadounidense en Víborg, la que se considera más fiable, los asaltantes debieron sufrir alrededor de diez mil bajas entre muertos, heridos y desaparecidos.[101][153] Durante los últimos momentos del combate numerosos defensores fueron pasados por las armas por los atacantes, en venganza por las grandes pérdidas sufridas en el asalto.[153] El mismo destino lo sufrieron algunos familiares de los sublevados, como la familia del general Kozlovski.[97] Aunque Moscú había rechazado las reivindicaciones de los rebeldes, finalmente tuvo que aplicarlas parcialmente.[98] Las potencias occidentales no se mostraron dispuestas a abandonar el acercamiento al Gobierno bolchevique para respaldar la rebelión.
León Trotski
,
comisario del Pueblo
para Defensa, creador del
Ejército Rojo
. Presentó el ultimátum de rendición que dio comienzo a las operaciones de aplastamiento de la sublevación. Fue objeto de acerbas críticas —en ocasiones de carácter antisemita— por parte del diario
Izvestia
publicado por los alzados.
El
Sebastopol
, uno de los dos buques de guerra cuyas tripulaciones se unieron a la rebelión.
El «orgullo y gloria de la revolución», como los calificó
Trotski
: marinos del
Petropávlovsk
en Finlandia en el verano de 1917.
Grigori Zinóviev
, presidente del
Sóviet de Petrogrado
, acabó eficazmente con las protestas en la ciudad en febrero de 1921 con una mezcla de concesiones y represión. Rival de
Trotski
por el control de las actividades políticas en la flota del Báltico; los enfrentamientos entre ambos debilitaron notablemente la administración de esta poco antes del estallido del levantamiento.
Stepán Petrichenko
, marino de origen ucraniano que presidió el Comité Revolucionario Temporal que rigió la isla durante la sublevación. Huyó a Finlandia junto con el resto del comité poco antes de la toma de la isla por las tropas gubernamentales.
Mijaíl Tujachevski
, joven pero destacado militar soviético, dirigió el asalto a la isla sublevada.
Tras el fallido ataque anterior, el
Ejército Rojo
regresó a Kronstadt más y mejor preparado. En la imagen, soldados del Ejército Rojo vestidos con camuflaje blanco de invierno.