Tuvo como compañeros a Mariya Spiridónova y Yuri Podbelski.
Siguiendo su ejemplo, se dedicó a actividades terroristas como asesinatos, robos y expropiaciones.
Con el caos en que se sumergía Rusia por la revolución, Antónov abandonó a los social-revolucionarios.
Después pidió al Comité Ejecutivo local ser puesto al mando de las milicias del Distrito Militar del uyezd de Kirsánov, lo que fue aprobado.
Gracias a su cargo pudo organizar la rebelión de Tambov.