Las Purificás de Monroy

La zona donde mejor se conserva la tradición es en los Cuatro Lugares y otras localidades del entorno de Monfragüe, pero por toda la provincia existen múltiples localidades dispersas que la siguen celebrando, entre las cuales hay otras muchas donde hay constancia de que la tradición existió pero se perdió.

Tras la misa se subastaban productos agrícolas o ganaderos que los vecinos ofrecían, hasta que a principios del siglo XIX comenzaron a ofrecerse dulces, origen de la actual rosca de piñonate.

El primer documento exhaustivo sobre la celebración de la fiesta fue escrito por Manuela Mariscal, maestra que fue nombrada mayordoma en 1879, pero el texto se perdió y la información ha llegado hasta la actualidad gracias a Antonia del Sol, nombrada mayordoma en 1889 tras el fallecimiento de Manuela Mariscal.

Tras ser elegidas mediante pruebas de voz, tanto las cuatro purificás como otras diversas personas que participan en la ceremonia deben ensayar, extendiéndose estos preparativos durante unos tres meses.

En estos días se elaboran numerosas pequeñas roscas para los visitantes, principalmente desde 1997 por parte de la asociación Santa Ana.

Sin embargo, cuando en esta fiesta se hace mención a "la rosca" en singular, es en referencia a una estructura formada por este dulce en una cesta y coronada por un ramo de flores; esta rosca (que no necesariamente es una sola) es donada por una o varias personas que se la ofrecen a la Virgen, y se considera uno de los principales símbolos de la villa.

Desde la cancela cantan pidiendo permiso a Dios para acceder a la iglesia y, una vez dentro, se dirigen las cuatro purificás hacia la imagen de la Virgen, para cantar las coplas tradicionales que conmemoran la Presentación de Jesús en el Templo.

[18]​[19]​ Hasta el siglo XVII, existió en la actual calle El Santo, en lo que entonces eran las afueras orientales de la villa, una ermita dedicada a San Blas.

[25]​[26]​ A la espera de poder comprobar que reúne los requisitos para ello, la ceremonia ha contado en estos años con la presencia de altos cargos políticos, que han comprobado in situ la afluencia de público, como los presidentes autonómicos José Antonio Monago[27]​ y Guillermo Fernández Vara,[28]​ el presidente del parlamento regional Fernando Manzano[26]​ o los presidentes provinciales Juan Andrés Tovar[25]​ y Laureano León.