La mantilla es una prenda femenina popular en España.
[1] A partir del antiguo manto, con el que tradicionalmente se cubría la mujer, evolucionó hasta convertirse en un elegante tocado de blonda (encaje realizado con hilo de seda), chantilly o tul.
[2] A menudo se complementa con una peineta.
Algunos estudios arqueológicos fijan el origen de la mantilla en la península ibérica en la civilización ibérica, a partir del descubrimiento de figurillas prerromanas de mujeres con tocados muy similares.
Sin embargo, su uso no se generalizó entre las mujeres de la nobleza y alta burguesía hasta finales del siglo xviii (como se aprecia en varios retratos pintados por Francisco de Goya), costumbre que continuó Isabel II de España, y que ya en el siglo veinte repitió la Reina Sofía.