[2] Es en el último cuarto del siglo XVIII, cuando la peineta se incorpora de forma genérica al adorno femenino y así se evidencia de los retratos de corte tanto en Francia como en España.
Históricamente, para la fabricación de peinetas se empleaban metales nobles como el oro y la plata o aleaciones como el latón y el acero.
[3] A medida que fue avanzando el siglo XIX, creció su tamaño, el excesivo peso de las piezas llevó a sustituir el metal por otros materiales más ligeros de origen natural como el hueso, el marfil o el carey, procedente del caparazón de tortuga.
[2] Se puede decir que se trataba de un producto de alto precio y complejo en cuanto a su manufactura.
[2] En la segunda mitad del siglo XX, la irrupción de los "plásticos" industriales que imitaban bien los materiales nobles y el empleo de moldes simplificó su proceso de manufactura e incrementó su producción y permitió su fabricación de forma mucho más económica y la peineta se hizo mucho más popular.