Al exterior se aprecia perfectamente cómo la parte superior del edificio es obra posterior[1].
En su interior sobresale especialmente el altar, en cuyo centro está la imagen de San Pelayo.
La planta del templo muestra claramente un crucero, aunque las capillas que lo forman son de distinto tamaño.
La cerca de piedra que rodea la iglesia se levantó un siglo después, también por esas fechas se retocaba la imagen de San Pelayo, el retablo y el frontal del altar.
[1] Los dos retablos laterales están dedicados al Santo Cristo y a la Dolorosa.
Como en tantos otros lugares a mediados del siglo XVIII era renovada la iglesia, desde la capilla mayor hasta la espadaña, es decir, casi completamente, correspondiendo al edificio actual[1].
El retablo es barroco, y antiguamente hubo una ermitaña que cuidaba de ella.
Aparece citado en el año 967, cuando Doña Eldoara se lo entregó a los monjes de Oña.
Actualmente se encuentra gravemente amenazado, debido a la falta de interés municipal por recuperar sus restos[2].
En concreto, se habla de que un tal "señor Juez" encontró la primera; la segunda se halló al construir una ampliación de la carretera, asociada a las tumbas del monasterio ya mencionado.
Presenta un escudo partido, 1.º un lobo y tras él un árbol (quizás un roble) 2.º hay cinco hoces (de podar) o espadas dispuestas verticalmente; lo rodea una bordura con 8 aspas (en los escudos de la iglesia son 12 aspas).
En los capiteles decorados con ángeles del interior de dicha nave se ven marcas en tinta rojiza que posiblemente representaban el mismo escudo.
Se trasladó junto con otros materiales desde la torre de los Salazar, hace ya unos 70 años.
En otras viviendas hay letreros pintados que hacen referencia a la construcción de las mismas en el S.
Así se describe a La Prada en el tomo XIII del Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, obra impulsada por Pascual Madoz a mediados del siglo XIX:[10] En la Guerra Civil el Valle quedó en un primer momento en tierra de nadie, pero poco después en la llamada zona nacional.
[2] Tras la Guerra Civil, en La Prada se depuró a una maestra (probablemente procedente del programa de educación republicano).
En ella muchos senderistas marchan hasta la ermita homónima, en el parque de Valderejo.
En las elecciones municipales de 2023 concurre una única candidatura, presentada por el Partido Popular.