Juana de Navarra (1326-1387)

Ya en 1329, la pareja real navarra había iniciado negociaciones con Alfonso IV de Aragón, con el fin de casar a Juana con el futuro Pedro IV de Aragón.

No obstante, la posibilidad de que la joven heredara la Corona navarra se tuvo en cuenta cuando se celebró el compromiso en abril de 1333,[6]​ cuando Juana tenía alrededor de siete años.

No es imposible que la princesa navarra padeciera una enfermedad o un notorio defecto físico que hiciera más atractiva la mano de su hermana menor María.

Para hacer posible este matrimonio, sus padres persuadieron a Juana para que renunciara a sus derechos de suceder a su hermano Carlos en favor de su hermana María y entrara en la prestigiosa abadía real de Longchamp en Francia.

La repentina renuncia de Juana a sus derechos al trono y su velo han llevado a los historiadores a confundirla con su hermana menor Juana,[6]​la futura esposa de Juan I de Rohan.