[1] Según la tradición judía, el libro se atribuyó a Josué, con añadidos de los sumos sacerdotes Eleazar y Fineas,[2][3] pero los eruditos modernos la consideran parte de la Tradición deuteronómica, que abarca desde el libros del Deuteronomio hasta 2 Reyes, atribuida a escritores nacionalistas y devotos de Yahvé durante la época del rey reformador de Judea Josías en el siglo VII a. C.[3][4].[7] Los manuscritos antiguos existentes de una traducción al griego koiné conocida como Septuaginta (originalmente se hizo en los últimos siglos a. C.) incluyen el Codex Vaticanus (B;El efecto aquí podría ser retórico, ya que la generación de Josué es retratada como fiel (Jueces 2:7,10).Esto queda confirmado con la renovación de la Alianza al final del libro, cuando el pueblo que ha tomado posesión de la tierra prometida renueva el compromiso asumido por sus antepasados en el monte Sinaí.La ceremonia, realizada en Siquem, comienza con un prólogo histórico que recuerda las obras del Señor en favor de Israel (vv. 2-13).Ante la respuesta unánime del pueblo, que se compromete a servir al Señor y obedecerle, se realiza el rito que ratifica la Alianza (vv. 25-27).Este proceso refleja elementos similares a los pactos hititas de vasallaje del segundo milenio a. C., otorgando a la Alianza no solo un carácter religioso, sino también fuerza legal.La Alianza constituye la base de la moral cristiana, al mostrar que Dios dirige la historia y llama a los suyos a un compromiso concreto de fidelidad:[21]
Mapa de la asignación de tierras a las tribus de Israel en tiempos de Josué