[1] Según la tradición judía, el libro se atribuyó a Josué, con añadidos de los sumos sacerdotes Eleazar y Fineas,[2][3] pero los eruditos modernos la consideran parte de la Tradición deuteronómica, que abarca desde el libros del Deuteronomio hasta 2 Reyes, atribuida a escritores nacionalistas y devotos de Yahvé durante la época del rey reformador de Judea Josías en el siglo VII a. C.[3][4].[7] Los manuscritos antiguos existentes de una traducción al griego koiné conocida como Septuaginta (originalmente se hizo en los últimos siglos a. C.) incluyen el Codex Vaticanus ('B;Este principio está en sintonía con la Tradición Apostólica, tal como enseña San Pablo: «Yo recibí del Señor lo que también os transmití» (1 Co 11,23; cf.Faraón contra Moisés en Éxodo 7:13; véase Josué 10:20), para que fueran totalmente destruidos (refiriéndose al herem o la «prohibición»).El relato ofrece una recapitulación del territorio conquistado, reafirmando que Dios ha cumplido sus promesas.Ahora, quedaba en manos de los israelitas cumplir su parte en la Alianza con el Señor, respondiendo con fidelidad a lo que Dios había realizado por ellos.
Mapa de la conquista de Josué en Canaán; la línea azul sigue las batallas en las regiones del norte. 1899. Biblioteca Británica HMNTS 010077.f.24.