Josep Pla

Instalado en pensiones y apasionado por la lectura y la observación desde muy joven, el vacío que percibía en la vida universitaria no le privó de adaptarse a otro ambiente que canalizaría su desorientación intelectual de juventud: la Peña del Ateneo Barcelonés, con la biblioteca y sobre todo la tertulia diaria que allí tenía lugar con personajes como Josep M. de Sagarra, Eugenio d'Ors o Francesc Pujols.Inició entonces una relación de mecenazgo con Francesc Cambó —líder del catalanismo moderado—, cuyas famosas tertulias frecuentó asiduamente y del cual publicó poco después una biografía política muy favorable al personaje, por entonces enfrentado a los sectores republicanos e izquierdistas.En enero de 1939 entra en Barcelona integrado en las tropas franquistas, junto a Manuel Aznar y otros periodistas.Gracias a su colaboración regular con la revista Destino, de la cual acabará siendo uno de sus principales impulsores, vuelve a viajar por el mundo, ya no como corresponsal, sino como periodista observador, lo que le permite realizar magníficos reportajes: visita Francia, Israel, Cuba, Nueva York, Oriente Medio, América del Sur y la Unión Soviética.Llegó durante la construcción entusiasta de las ciudades y asombrosas infraestructuras hebreas en pleno desierto.Como curiosidad, Pla tenía predilección por los viajes en lentísimos petroleros, que le permitían escribir tranquilamente sus obras y prescindir de las distracciones derivadas del contacto con turistas.Mientras tanto, resurge poco a poco la cultura en lengua catalana, al tiempo que el antifranquismo nacionalista le va marginando, pese a ser ya entonces el escritor más leído en lengua catalana: no le perdonan su apoyo a los franquistas durante la guerra civil, ni su convivencia aparentemente no conflictiva con el régimen (Pla confía en una evolución pacífica y ordenada hacia la democracia), ni siquiera le perdonan su desdén hacia las formas literarias de ficción.Sin embargo, como ha observado Xavier Pericay, traductor y especialista de la obra de Pla, su correspondencia con su editor Cruzet demuestra el relevante papel que tuvo Pla en la resistencia cultural contra el régimen.Veinticinco años después de su muerte se siguen sucediendo los estudios e incluso las polémicas en torno a diversos aspectos literarios y biográficos, algunos todavía no resueltos, que han agigantado su figura y multiplicado el interés por su obra.En 1946 reeditó con Destino (actualizándolas) sus dos primeras obras en catalán tras la guerra civil (Cartes de lluny y Viatge a Catalunya).La clasificación temática tampoco es fácil, ya que muchos artículos aparecen en diferentes lugares con algunas variantes, su repertorio temático es muy extenso y, sobre todo, las fronteras entre los géneros que cultivó no siempre son claras.No obstante, se puede hacer un intento de ordenación según géneros (los años reseñados corresponden a la publicación original, no a la traducción ni a la reedición en la Obra Completa): En total, 21 volúmenes, casi la mitad de su Obra Completa, son artículos periodísticos publicados en Destino, en La Publicitat y en La Veu de Catalunya.La publicación de la Obra Completa continuó en los años siguientes y alcanzó el volumen 38 en vida del autor.Tras su muerte en 1981, el editor de Destino continuó preparando más volúmenes hasta llegar a los 47, incluyendo manuscritos inéditos no exentos de polémica (como sus Notas para un diario, escritas a mediados de los años sesenta), por las enmiendas, censuras y manipulaciones a las que les fue sometiendo el propio Vergés (al parecer, para suprimir ciertos pasajes obscenos).Dichas cartas, publicadas con cuentagotas (como la correspondencia con su hermano Pere o con su editor Cruzet), están siendo cruciales para aclarar numerosos pasajes de la biografía del escritor.Las características más importantes del estilo planiano son la sencillez, la ironía y la claridad.Sus obras muestran una visión subjetiva y coloquial, «antiliteraria», en la que destaca sin embargo un enorme trabajo estilístico por llamar a las cosas por su nombre y «dar con el adjetivo preciso», una de sus obsesiones literarias más persistentes.Aunque en un principio simpatizó con la dictadura de Franco (escribió en 1940 que esta coincidía «con el interés general»), solo fueron unos meses.
Casa natal de Josep Pla, en la calle Nueva (carrer Nou) de Palafrugell .
Josep Pla (derecha) junto al también escritor catalán Manuel Brunet .
Tumba de Pla en el cementerio de Llufríu .
Los 47 volúmenes de la Obra Completa, expuestos en la Fundación Josep Pla de Palafrugell.
Manuscrito original de una página de El quadern gris .