José Antonio Sáenz de Santa María

Durante su infancia la familia se trasladó a Gijón y allí, cuando estaba próximo a cumplir los 15 años, fue testigo de los combates callejeros durante la revolución asturiana.

Fue alférez con 17 años, antes de la edad reglamentaria que estaba en los 18, combatiendo después en la batalla del Ebro y en el Maestrazgo.

Participó en varias operaciones, pero su éxito siempre lo achacó a la información, reconociendo al final de su vida que lograba obtenerla gracias al uso de la droga pentotal sódico.

Así, existieron reuniones en sedes oficiales, como la efectuada para organizar la Operación Reconquista que daría lugar a los sucesos de Montejurra, que tuvieron continuidad posteriormente en las relaciones con estos grupos mercenarios.

Nunca compartió estos métodos porque interfería en su labor de mantenimiento del orden público.

Al ascender a general de división, pasó a dirigir la Policía Nacional, cuerpo que modernizó, creando compañías de reserva o móviles para evitar la relación con la población donde actuaban.

En toda su carrera mantuvo la necesidad de que la Guardia Civil fuese un cuerpo militar.

En 1995, siendo todavía asesor, fue convocado por el Senado para una comparecencia sobre la lucha antiterrorista en los años en que estuvo al frente de la Guardia Civil, en la última legislatura del Presidente del Gobierno Felipe González, cuando el Partido Popular acosaba al gobierno a cuenta de la guerra sucia llevada a cabo por los GAL.