José Antonio Fernández Ordóñez

Fue un ingeniero dotado de un profundo interés en lo estético, por lo que impartió Historia del Arte en su escuela.

Al frente de la empresa familiar PACADAR, de construcción de vigas pretensadas, pudo ejercer su interés creador en el diseño de bellas obras entre las que destaca el nuevo puente del Diablo, en Martorell.

Realizó innumerables colaboraciones con el también ingeniero de caminos Julio Martínez Calzón.

El ingeniero Fernández Ordóñez habla en el artículo Lo ligero y lo barroco en la ingeniería de los años treinta sobre la forma en la que creyó que se debería realizar y ver a la ingeniería, como una forma estética de la construcción.

Su hija es la filóloga y académica Inés Fernández Ordóñez.