Joaquín Do Reyes

[1]​[2]​ Desde allí, con algunas pausas, continuó su actividad y con su orquesta trabajó en locales nocturnos y en radioemisoras como Radio El Mundo aunque sin llegar a la trascendencia de otras orquestas de la época.

En 1950 lo contrató la flamante empresa discográfica TK para realizar grabaciones que agregó a un catálogo que contaba con nombres descollantes en el tango como Edmundo Rivero, Aníbal Troilo, Argentino Galván y Horacio Salgán.

[1]​[2]​ Pese a que fueron disminuyendo los espacios para la difusión del tango, Joaquín Do Reyes siguió actuando, con algunos intervalos, en radios y en giras por el interior de Argentina y por Montevideo.

[1]​ Cuando Do Reyes estaba actuando en el Chantecler, Pepita Avellaneda, que había sido una célebre cancionista y bailarina y que trabajaba en el local como encargada del guardarropas, escuchó uno de los tangos románticos de su autoría y, pensando en el declive de su propia vida, le sugirió el título Yo no sé llorar, que Do Reyes aceptó, y al que tiempo después le puso letra Celedonio Flores, a pedido de Carlos Gardel.

Las obras registradas en SADAIC a nombre de Joaquín Do Reyes son las siguientes:[3]​