Su familia vivía en el barrio del Abasto y su hermana mayor Margarita estudiaba piano.
De ese año es su primera obra: el tango Grito del alma.
Los vocalistas fueron: Francisco Alfredo Marino, Carlos Lafuente, Guillermo Arbós y Nelly de la Vega.
En 1936 fue elegido el mejor violinista de tango en una encuesta auspiciada por la revista Sintonía.
Durante algunos años alternó su trabajo en la orquesta de Joaquín Do Reyes con actuaciones en Radio El Mundo.
Conocía acabadamente los secretos del violín y poseía impecable destreza en el manejo del arco y una dúctil mano izquierda que le permitía llegar a las notas más agudas con naturalidad.