[7]Asimismo, reformó la Ley del aborto y creó el Plan Corresponsables, entre otras medidas.
[14] Hasta los dieciséis años, estudió en el colegio Siglo XXI del distrito madrileño de Moratalaz.
Según declaró en una entrevista, el colegio tuvo una influencia muy importante sobre su vida y su forma de adoptar decisiones, de manera consensuada y colectiva.
[15] El bachillerato lo cursó en el centro concertado laico Montserrat FUHEM, en el barrio de La Estrella.
[18] En 2006 ingresó en la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y en 2011 se licenció en Psicología.
Por motivos académicos, entre 2009 y 2011 vivió cinco meses en Chile, donde llegó a participar en marchas estudiantiles como la Cumbre Alternativa La Hora de los Pueblos.
[20]Montero se pagó la universidad gracias a las matrículas de honor.
[21]Durante su etapa en la Autónoma, conoció a su futura compañera de partido, Ione Belarra.
[25][26] Igualmente por dicho motivo, decidió no terminar su tesis doctoral,[27][20]objetivo de la FPU obtenida.
Se incorporó desde la Plataforma de Afectados por la Hipoteca junto a Rafa Mayoral.
Junto con Sergio Pascual y Miguel Bermejo, Irene recibe el encargo de organizar el partido por los diferentes territorios del país.
[29]El propio Pascual lo contaría después: «Resultó que, en el improvisado diseño, Irene, Miguel Bermejo y yo debíamos encargarnos de recorrer el territorio tratando de entretejer la heterogénea mezcolanza de ciudadanos, militantes, cuadros políticos, activistas, vecinos, expertos, voluntarios, etcétera que acudieron a llenar los círculos al calor de la victoria moral del 25-M.»[29]Estuvo el verano con este grupo de Podemos, recorriendo España y conociendo los «círculos».
En octubre de 2019, con las elecciones generales cerca, Irene Montero publicó un mensaje en Twitter donde se solidarizó y pidió que se negociara con una familia a la que iban a desahuciar por una subida repentina del 30 % del alquiler en el centro de Barcelona.
[54][55] Más de cien personas lograron detener el desahucio aunque finalmente se produjo al tercer intento.
Oídas las partes, el Tribunal Supremo impuso a Montero borrar el mensaje de Twitter que incluía sus declaraciones, pagar una indemnización de dieciocho mil euros al demandante y publicar el fallo.