En Bélgica, estas protestas comenzaron en la ciudad de Lovaina, aunque posteriormente se extenderían a todo el país.
Calificaban al antiguo Partido Comunista de Bélgica como "revisionista" y demasiado permisivo con las políticas socialdemócratas del Gobierno belga.
A este Congreso acudió como invitado Laurent-Désiré Kabila, el que se convertiría décadas más tarde en presidente de la República Democrática del Congo, antigua colonia belga.
Los cargos electos del PTB se comprometen a no tener ninguna ventaja financiera en su mandato y de vivir con el salario medio belga (1.700 euros netos al mes).
Sólo en el año 2012 afirman haber crecido en más de 2.000 militantes, contando actualmente con unos 6.811 miembros en toda Bélgica.