Una vez que pasó a formar parte del imperio romano, el país de los eburones fue ocupado por una tribu germánica con un nombre diferente, los tungros.
[2] Aunque se usaba el término "Germani", y César y otros historiadores romanos claramente señalaban que había una relación entre las tribus de los dos lados del río, hay evidencias de que estas primeras tribus a ambas orillas del Rin usaron idiomas celtas.
Son estas tribus de la orilla occidental o izquierda las conquistadas por Julio César.
Aún se les puede encontrar cerca de las orillas orientales del Rin en época imperial.
Los ubios y algunas otras tribus germánicas como los cugernos más tarde se establecieron en la orilla occidental el Rin en la provincia romana de Germania Inferior.
Augusto estableció numerosos puestos fortificados a lo largo del Rin, pero los romanos no tuvieron éxito a la hora de ganar una posición sólida en la orilla derecha, donde los sicambrios estaban rodeados por otras tribus incluyendo los téncteros y los usipetes.
Al norte de los sicambrios y la región del Rin estaban los brúcteros, según Tácito.
Alrededor del año 1 hubo numerosas incursiones a través de Westfalia y quizás incluso algunos asentamientos romanos permanentes, o romanizados.
Conforme el poder del imperio romano declinaba muchas de estas tribus se empezaron a ver, colectivamente, como francos ripuarios y avanzaron a ambas orillas del Rin, presionados desde el norte por los sajones.
Junto con Ostfalia y Engern, Westfalia (Westfalahi) fue originalmente un distrito del ducado de Sajonia.
El ducado de Westfalia comprendía sólo una pequeña zona al sur del río Lippe.
Las antiguas divisiones lotaringias se volvieron obsoletas, aunque el nombre sobrevive por ejemplo en Lorena en Francia.
La provincia del Rin prusiana se creó en 1822 y Prusia tuvo el tacto de no perturbar las instituciones liberales a las que se habían acostumbrado bajo el gobierno republicano de los franceses.
A diferencia de otros estados alemanes, Renania del Norte-Westfalia no tenía antecedentes históricos.
La atención se centró sobre todo en el deseo de los aliados para integrar un territorio común, en la rica región del Ruhr.
Encontrar una identidad común de Lippe, Westfalia y Renania fue un gran desafío en los primeros años del país.