Los marsios o márseros (en alemán: Marser) eran un pequeño pueblo germánico asentado entre los ríos Rin, Rur y Lippe, en el noroeste de la actual Alemania.
Los marsos se encontraban celebrando las fiestas de sus diosa Tamfana y en su mayoría estaban demasiado borrachos como para responder efectivamente al ataque sorpresa romano, por lo cual fueron masacrados.
Según Tácito (Anales 1,51), un área de cincuenta millas romanas fue arrasada a sangre y fuego y «ningún sexo ni edad encontraron piedad».
Sin embargo, la campaña y sus consecuentes matanzas (la segunda gran carnicería la sufrieron los catos en la primavera del 15 d. C.), agitó a las tribus y las impelió a unirse contra los invasores romanos, pese a las guerras intestinas que habitualmente las enfrentaban entre sí.
Duruy, Víctor: Historia romana: hasta la invasión de los bárbaros, Vol 2.