Una legión romana constaba de 10 cohortes numeradas del I al X.
Las tres líneas de soldados estaban divididas según la experiencia y habilidad guerrera, los guerreros jóvenes en la primera línea, que cuando esta cedía, dejaba su sitio a la fila más preparada, la de los príncipes.
El manípulo fue una unidad de la legión romana, ideada durante las guerras samnitas.
Estaba compuesta por un total de 160 infantes, tras la reforma hacia el año 100 a. C. del cónsul Cayo Mario que profesionalizó el ejército.
Como dato significativo, una centuria nunca llegó a tener 100 soldados puesto que su nombre deriva de centurión.