Rafael Lapesa lista el topónimo como un híbrido arábigo-romance entre la raíz árabe para «río» y la palabra «canal».
[1] La historiografía tradicional sostiene que Guadalcanal sería la Tereses nombrada por Plinio el Viejo en su Historia Natural,[2] mientras que en el siglo V los alanos (o vándalos) habrían ampliado la población y cambiado el nombre a Canani, origen del actual Guadalcanal, como habrían hecho con una tal Fortunale, renombrándola como San Nicolás del Puerto, y con Ancanicum, llamándola Alanís.
Sin embargo, ya antes del final de la centuria Nicolás Antonio había demostrado la falsedad de gran parte del documento, deslegitimando esta interpretación tantas veces repetida.
[6] El origen de la problemática se halla en la confusa división establecida en la obra del historiador romano entre la Beturia Céltica, abarcando desde el Guadiana al Guadalquivir, y los Baetici Celtici, pueblos establecidos supuestamente en las comarcas que se extienden entre Utrera y Ronda.
Como curiosidad, se conserva en manuscritos de Isaac Newton anotaciones a la edición espuria del Cronicón ampliada y comentada por Fray Francisco de Bivar (1651), expresamente en la frase en la que se nombra a Canani o Callani, la supuesta Guadalcanal.
El clima es de tipo mediterráneo continental, con inviernos muy fríos y veranos suaves.
Las máximas en pocas ocasiones superan los 28 o 30 °C en verano; mientras que en invierno las mínimas pueden alcanzar los -5 °C, registrándose nevadas todos los años.
En enero de 1475, Cárdenas sorprendió a sus adversarios en Guadalcanal, donde sus seguidores se hicieron con un gran despojo, que incluía las pertenencias personales del duque.
[10] Tras dar por perdida la ciudad, este general acabó recogiéndose con sus tropas a la Isla de León, salvaguardando el gobierno que en Cádiz convocaría las Cortes constituyentes.
No obstante, la actividad que ha estado inseparablemente asociada a Guadalcanal durante siglos ha sido la minería.
Como cita el Profesor Julio Sánchez Gómez: Fundamentalmente se entrecruzan en Guadalcanal las dos experiencias mineras más importantes de la época, la americana y la centroeuropea, un caso prácticamente único en su siglo en el Viejo Continente.
Consta de tres naves escalonadas y una torre en la parte delantera con varias campanas.
A la primera etapa corresponden la planta rectangular de una sola nave con arcos transversales, el pórtico exterior, con tres arcos apuntados enmarcados por alfices sobre pilares ochavados, y la torre-fachada de tres cuerpos rematada por chapitel situada a los pies.
A la segunda etapa corresponde la decoración de las portadas laterales, adinteladas con pilastras adosadas y flanqueadas con frontón recto partido con hornacina central, y la cubierta de la capilla mayor, de bóveda semiesférica, al igual que las cuatro capillas adosadas en los muros laterales.
[17] Sus monumentos han sufrido un fuerte deterioro material, que en algunos casos se ha prolongado más de un siglo; pero en los últimos tiempos se han llevado a cabo en ellos varias labores de restauración.
La de la Concepción, coetánea, sufrió las consecuencias del paso a manos privadas durante los procesos desamortizadores y su interior se halla en deplorables condiciones, habiéndose efectuado obras parciales de restauración en sus fachadas.
El convento asociado a esta iglesia ha desaparecido aunque sus trazas pueden rastrearse en las casas colindantes.
En mejor estado se conserva el Convento del Espíritu Santo, que hizo las veces de escuela en otro tiempo.
En septiembre, la patrona sale en procesión el viernes hasta el Convento del Espíritu Santo, vestida de reina, para pasar la noche allí y a la mañana siguiente, ya vestida de pastora, es traslada a su Santuario.
El paso es plateado, de estilo barroco con líneas rectas; en él se representa la Entrada de Jesús en Jerusalén acompañado por la Virgen del Rosario con vestimenta a la usanza hebrea.
Esta Cofradía ya existía a finales del siglo XVI.
A las cinco en punto se abren las puertas del templo para, tras los nazarenos con túnica y capillo morados, ver aparecer el paso con la imagen de Nuestro Padre Jesús Nazareno, obra de Fernández Andes.
Le acompaña la imagen del Cirinero ayudándole a portar la cruz.
El del Santo Entierro represente a Cristo muerto en urna acristalada y dorada.
A esta procesión asiste una representación del resto de Cofradías locales, así como las autoridades municipales.
El primero representa a Cristo muerto en la cruz, obra de Blanco Pajares.
Agrupación Parroquial de la Resurrección: Santísimo Cristo Resucitado y Santa María Magdalena.
Representa el momento en que Cristo Resucitado se aparece a María de Magdalena.
Esta Agrupación Parroquial ha sido la última en incorporarse como tal a la Semana Santa local.
Fontán poseía los terrenos en que se encuentra la Ermita de San Benito, a 2 km del núcleo urbano.