[2][nota 1] Su padre fue Bernabé Sánchez de Salamanca y su madre Francisca Caro.
[7] En 1598 ya había sido ordenado sacerdote[7] y residía en Utrera con su familia.
[10] Hacia 1615 escribió su Romance al Sacramento y su Canción de amor a Cristo.
[11][13][14] En 1618 compuso una tercera versión de su canción a Itálica y un pequeño tratado sobre el apellido Caro.
[7] Este mismo año escribió una Silva a la villa de Carmona.
El autor mezcla sus conocimientos de mitología, historia y arqueología.
En 1626 Caro le escribió una carta a Quevedo acerca de una riada del Guadalquivir.
En 1978 Jean Pierre-Etienvre realizó una nueva edición, en dos volúmenes, basándose en las copias antiguas con un estudio preliminar y notas, que fue publicada en Madrid por Espasa-Caple.
[13] Para el historiador José Beltrán Fortes, la Sevilla del siglo XVII acusaba de cierta decadencia económica y social, habiendo perdido el auge cultural del siglo anterior.
[11] En la colección arqueológica de Rodrigo Caro había esculturas marmóreas, bronces, inscripciones, cerámica, monedas, restos arquitectónicos, etc.[6] Caro realizó aportaciones sobre epigrafía, sobre todo en relación con la historia local.
[13] También asistía a las tertulias que tenían lugar en el taller del pintor Francisco Pacheco.
[11] A finales del siglo XVI el jesuita Jerónimo Román de la Higuera redactó falsos cronicones atribuyéndolos a Flavio Lucio Dextro, Marcos Máximo, Braulio de Zaragoza y Heleca.
Rodrigo Caro tuvo conocimiento de esto en 1618 y creyó en su autenticidad.
[14] En Utrera se hicieron numerosos gestos en honor de los supuestos mártires utreranos.
Por otro lado, hubo muchos niños bautizados con los nombres de estos, como Estratón o Rufino.
[3] El libro se tituló Flavii Luci Dextri V. C. Omnimodae Historiae, quae extant Fragmenta, cum Chronico M. Maximi, et Helecae, ac S. Braulionis Caesaraugustanorum Episcoporum, Notis Rudeciri Cari Baetici illustrata.
[17] En 1627 el monje cisterciense Francisco Bivar editó otra versión del falso cronicón en Lyon que fue reeditada en 1640, 1651 y 1846.
[8][26][27] Ese mismo año Quevedo le dedicó a Rodrigo Caro la obra Nombre, origen, intento, recomendación y descendencia de la doctrina estoica.
[30] Hay diversas fuentes indirectas sobre el título que Caro quiso dar a esta obra.
Poesía castellana y latina e inscripciones originales, donde analiza los poemas de este autor.