Diego de León

Murió fusilado tras protagonizar un pronunciamiento contra el entonces regente Baldomero Espartero.Participando en la Primera Guerra Carlista, destacó inmediatamente por su valor y decisión, haciéndose famosa su costumbre de marchar en los ataques al frente de sus lanceros y cargar allí donde el enemigo fuera más numeroso.Su comportamiento fue tan heroico que su jefe, el general Áldama, ordenó se le impusiera en el mismo campo de batalla la Cruz Laureada de San Fernando.[5]​ Esta orden de Espartero era insólita ya que no se había practicado hasta la fecha semejante vandalismo.[7]​ Y el regente Espartero fue inflexible, rechazando las peticiones de indulto.Una vez leída en presencia del reo la sentencia sumarísima que lo condenaba a muerte, y antes de dar él mismo la orden de abrir fuego, les dijo a los soldados: «No tembléis, al corazón».
Asalto del teniente general Diego de León al Palacio Real de Madrid en 1841.
Fusilamiento del general Diego de León. Grabado del siglo XIX .