Desciende desde la glorieta de la Puerta de Toledo hasta el puente de San Isidro, antiguo pontón y antes puente de barcas que servía de atajo para llegar hasta la ermita de San Isidro.[3] Cuando todavía no era más que un camino que bajaba al río, se instalaban aquí los mercados de ganados que antes se reunían en la llamada plaza del Rastro.[a] Desde 1869 hasta 1936, aproximadamente, fueron los terrenos oficiales para el mercado de caballerías, estampa que aparece representada en diversos dibujos, grabados e incluso pinturas del siglo xix, así como en la obra de reputados fotógrafos como Alfonso Sánchez Portela.[4] A la derecha del camino de los Pontones, en una amplia explanada, tuvieron lugar ejecuciones capitales de singulares personajes, como el ilustre ladrón Luis Candelas o el general Diego de León, fusilado allí en 1841.[1] En la parte más cercana al río se construyó hacia 1900 un asilo nocturno (el Asilo Tovar), clausurado por insalubridad, según comenta el cronista Pedro de Répide, y sustituido por el Bazar del Obrero, institución fundada por la condesa de San Rafael.