El puente de San Isidro es un puente de Madrid, que salva el río Manzanares y el parque Madrid Río.
El puente de San Isidro fue proyectado en 1969[1] para conectar mediante una vía de alta capacidad para tráfico rodado las dos riberas del río Manzanares.
En aquel entonces la ribera derecha (distritos de Carabanchel y Latina) había experimentado un gran crecimiento urbano y el tráfico tenía que sortear el río sobre los puentes históricos de Segovia, aguas arriba, y de Toledo, aguas abajo.
Se divide en tres tramos: los laterales de acceso son vanos continuos de 20 metros mientras que el central tiene tres vanos continuos de 26,5+43+26,5 m. Las pilas están formadas por dos pilares rectangulares, salvo las dos pilas del vano central que son tabiques trapeciales.
La construcción se realizó in situ hormigonando los tramos de acceso sobre cimbra apoyada en el suelo, y el vano central sobre una viga metálica que salva el río.