Putsch de Múnich

Las intenciones de Hitler se vieron influidas por la Marcha sobre Roma, encabezada por Benito Mussolini en 1922.Los fondos que este recabó le permitieron a la organización intensificar la propaganda mediante la publicación del Völkischer Beobachter.[11]​ Gracias a Rudolf Hess, Hitler fue recibido además por Erich Ludendorff en 1921, y luego, merced a Göring, estableció contacto, si bien poco trascendentes, con Hans von Seeckt y Otto von Lossow.[12]​.[19]​ La crisis económica y la hiperinflación también favorecieron al partido nazi:[nota 2]​ en enero de 1923, un dólar estadounidense equivalía a 17 972 marcos alemanes, mientras que en agosto ya se cambiaba por 4 620 455, en septiembre por 98 860 000, en octubre por 25 260 280 000 y en noviembre alcanzó los 4 200 000 000 000.[30]​ Von Seeckt pretendía implantar en Berlín una dictadura «legal» para mitigar la crisis, proyecto que Stresemann rechazó a costa de perder el respaldo del ejército.[41]​ En ella dejaron clara la intención de impedir por la fuerza si era necesario toda intentona de golpe en Baviera, posición que reiteraron el día 8 en una reunión entre Von Kahr y Ludendorff: el derrocamiento, en su opinión, debía originarse en Berlín y no en Múnich.El golpe debía llevarse a cabo en Múnich, pero también en las demás principales ciudades bávaras: Ratisbona, Augsburgo, Ingolstadt, Núremberg y Wurzburgo.Hitler llegó al lugar poco después de las ocho, que ya estaba rodeado por los curiosos.[51]​ Al poco de haber empezado su discurso, pasadas las ocho y media de la tarde, cuando afirmaba que «El hombre más enérgico, incluso con los mayores poderes, no puede salvar al pueblo si no recibe el apoyo eficaz de este, inspirado por el espíritu nacional», Von Kahr se vio interrumpido por un gran alboroto: un grupo de hombres armados, encabezado por Hitler que portaba una pistola irrumpió en la sala y colocó una ametralladora en la entrada.La meta del nuevo Gobierno sería organizar la marcha sobre Berlín para derrocar al federal.Aunque no había logrado el acuerdo con ellos, Hitler volvió a la sala principal tras un cuarto de hora y declaró a la multitud que en diez minutos habría concierto entre las partes[56]​ y volvió la salita lateral.Hitler, rodeado por sus copartidarios Hermann Göring, Alfred Rosenberg y Rudolf Hess, entró por la puerta delantera a las 20:30 horas, disparó un tiro al techo y saltó sobre una silla gritando: «¡La revolución nacionalista ha comenzado!».Por su parte, Röhm, tras haberse adueñado del Wehrkreiskommando, intentó en balde hacer lo propio con el cuartel general de la ciudad.Gustav Stresemann condenó la intentona tan pronto tuvo conocimiento de ella[35]​ y declaró alta traición cualquier colaboración con los golpistas.Mientras tanto, los tres hombres del gobierno retenidos en la Bürgerbräukeller fueron liberados bajo palabra de compromiso con la «revolución nacional» por un ingenuo Erich Ludendorff.La mañana del 9 de noviembre quedó claro que las fuerzas armadas y la policía se mantenían fundamentalmente leales a las autoridades legales.La policía detuvo inmediatamente después a Ludendorff y Streicher entre otros cabecillas; Göring por su parte, logró escapar.[79]​ Unos 2500 hombres marcharon directamente hacia la Marienplatz, la plaza donde se encuentra el Ayuntamiento de Múnich, y allí se toparon con una importante masa de gente que había salido a la calle enterada del altercado.[2]​ Hitler se refugió en casa de un amigo, Putzi Hanfstaengl, donde incluso planeó suicidarse, pensando que sería fusilado por las autoridades.[2]​ Los catorce militantes nazis muertos por la Policía en la Feldherrnhalle y los dos miembros de la liga paramilitar nacionalista Reichskriegerflagge caídos frente al Ministerio de Defensa bávaro fueron considerados mártires y héroes del movimiento nacional-socialista.(«Y sin embargo, ¡triunfásteis!») se hizo de uso obligatorio en la mitología nazi del heroísmo.El presidente del tribunal, Neithardt,[nota 12]​, consideraba que Ludendorff era «la única baza de Alemania».[89]​ Si ante la policía había presentado un aspecto penoso, en el juicio demostró una aplastante superioridad oratoria respecto del resto de participantes.Se ha sacrificado totalmente a las ideas que lo imbuyen y ha cumplido plenamente su deber de soldado.[90]​ El tribunal justificó la clemencia argumentando que a los golpistas «los había guiado un espíritu puro de patriotismo y la voluntad más noble».[82]​.La cárcel en la cual Hitler fue recluido autorizó que recibiera a visitantes casi diariamente y durante muchas horas.Röhm y el doctor Wilhelm Frick fueron liberados a pesar de ser hallados culpables.Ilegalizado, sin jefe, con una dirección interina confiada a Alfred Rosenberg, privado totalmente de autoridad, desgarrado por disensiones internas entre fracciones encabezadas en especial por Ernst Röhm y Julius Streicher, el partido sufrió una decadencia y estuvo a punto de desaparecer por completo.Robert O. Paxton comparte la opinión: «El golpe fallido de la cervecería fue sofocado de forma tan ignominiosa por los jefes conservadores bávaros que Hitler se juró no volver a intentar hacerse con el poder por la fuerza.Supo aprovechar la desorganización del movimiento nacionalista para imponerse en él de forma absoluta, a la cabeza de un partido nazi remozado, mejor estructurado y cohesionado en el que nadie le hacía sombra.
Photographie en noir et blanc de Adolf Hitler en tournée de propagande en 1923. Il est assis à bord d'une voiture, au premier plan à gauche de l'image
Adolf Hitler en una gira propagandística en 1923.
Photographie en noir et blanc de Gustav von Kahr, à la gauche de l'image
Gustav von Kahr (izquierda).
Photographie en noir et banc d'Erich Ludendorff, en uniforme et arborant certaines de ses décorations, dont la croix Pour le mérite
Erich Ludendorff , retratado de uniforme y luciendo la condecoración Pour le Mérite .
Photographie en noir et blanc et en plan large d'une réunion nazie à la Bürgerbräukeller, remplie de monde, vers 1923
Reunión nazi en el Bürgerbräukeller , en torno a 1923.
Photographie en noir et blanc de membres des milices nazies lors du putsch. La plupart sont en uniforme et armés
Milicianos nazis durante el golpe de Estado.
Photographie en couleurs de la Feldherrnhalle, dernière étape du putsch
La Feldherrnhalle , objetivo de los golpistas.
Monumento nazi erigido a sus muertos durante el Putsch.
Hitler junto a los demás acusados por el Putsch de Múnich, durante el juicio.
La prisión de Landsberg
Photographie en couleurs d'un exemplaire de la versión française de Mein Kampf
Ejemplar de Mein Kampf .
Photographie en noir et blanc des principaux putschistes internés à la prison de Landsberg en 1924. Hitler est à la gauche de l'image
Los principales golpistas encerrados en la prisión de Landsberg en 1924. De izquierda a derecha: Adolf Hitler , Emil Maurice , Hermann Kriebel , Rudolf Hess y Friedrich Weber .