La Constitución dice en su artículo 5 que: Comenzando en el año 1959, las tierras fueron sometidas a dos radicales reformas agrarias en las que se limitó la tenencia de tierras a tres caballerías por una sola persona que, según la constitución del 1976, previa autorización estatal, pueden incorporar sus tierras únicamente a cooperativas de producción agropecuaria o venderlas o permutarlas al Estado, o a cooperativas y agricultores pequeños[1] y la autogestión de los organismos productivos.
Los gastos de las elecciones son sufragados por el Estado, e incluso queda prohibido por la ley que los candidatos hagan campaña a su favor.
El diputado cubano no rinde cuenta de su actuación al partido, sino, única y exclusivamente, como establece la ley, a sus electores y a la Asamblea del Poder Popular del municipio por donde resultó elegido.
En ella los diputados se reúnen en sus respectivas Comisiones para tratar y discutir todos los asuntos que son de su competencia.
Al finalizar este proceso la Asamblea pasa a debatir, en sesión plenaria, el Orden del Día, que previamente deberán aprobar los diputados, el cual contempla en primer lugar, los asuntos que la propia Constitución obliga: También el Orden del Día contempla temas de actualidad que previamente fueron sugeridos por las Comisiones Permanentes.
Estos encuentros se desarrollan en un proceso que dura de dos a tres meses.
Además, el diputado debe participar en las sesiones ordinarias de la Asamblea del Poder Popular del municipio en el cual fue elegido, al menos cuatro veces al año.
En cumplimiento de lo que la ley determina el diputado rinde cuenta ante la Asamblea Municipal una vez durante el mandato y, adicionalmente, en todas las ocasiones que se le solicite.
A su vez los diputados se reúnen sistemáticamente para evaluar y discutir en el seno de sus Comisiones y en ocasiones entre todos los que residen en una misma provincia para dar sus criterios y analizar los proyectos de leyes que serán presentados a las sesiones ordinarias de la Asamblea Nacional.
El Gobierno cubano sesiona en pleno o selectivamente con carácter semanal.
Como organización independiente del Estado, realiza actividades propias, pero comparte el objetivo máximo de la Revolución.
Solo los extranjeros pueden hacer inversiones en la economía cubana y obtener ganancias por ello,[cita requerida] aunque no se puede comprar ningún bien estatal, sino arrendarlo.
[cita requerida] A lo largo de su historia Cuba ha tenido diferentes estructuras político-administrativas.
A su vez las provincias fueron divididas en municipios sumando estos la cantidad de 169.
[5][6] Los de un nivel más bajo son elegidos mediante elecciones populares, y los que resultaron electos eligen a su vez a los de un rango más alto y así continuamente.
[7] En octubre de 1992, el Parlamento cubano aprobó por unanimidad una nueva ley electoral que, por primera vez, estableció el voto directo y secreto de toda la población en las elecciones provinciales y nacionales.
[9] Para aquellos ciudadanos elegidos la campaña electoral basta la publicación de una breve biografía y su foto.
Para las Asambleas Provinciales y Nacional, comisiones integradas por organizaciones de la comunidad seleccionan los candidatos.
El recuento de los votos es público, por lo que puede ser observado por cualquier ciudadano.
[10][11] En las elecciones provinciales y nacionales las boletas tienen una casilla especial que permite votar por todos los candidatos de una vez.
[12][13] Las características del sistema electoral cubano, recogidas en su Constitución[1] y en su Ley Electoral[2], son las siguientes: Cuba, durante la revolución socialista, y bajo la amenaza de invasión por parte de Estados Unidos, se convirtió en una sociedad sumamente militarizada, preparada en todo momento para la "Guerra de todo el Pueblo".
Sin embargo, sus relaciones con el régimen pronto se deterioraron, debido al cortometraje PM que Orlando Jiménez Leal y su hermano, Sabá Cabrera, rodaron a finales de 1960.