En otras ocasiones se utiliza el punto medio del río, es decir, la línea que se traza de manera equidistante respecto a la distancia que medra hasta cada orilla, independientemente si coincide o no con el eje más profundo.
Esto es apropiado para ríos que varían la posición del talweg pero los cambios quedan siempre acotados al cuenco ya bien definido.
[14] Una cuarta manera sería el de aguas compartidas, en ese caso el curso es administrado en conjunto, normalmente por una entidad creada al efecto.
Este modo mixto es similar al adoptado por el tratado del año 1973 que definió el límite sobre el Río de la Plata entre la Argentina y el Uruguay.
Para evitar posibles conflictos son aptos para esta condición los que mantienen imperturbablemente el mismo trazado de su curso durante mucho tiempo.
De allí que no es conveniente utilizar para definir fronteras los ríos que discurren en espacios geográficos constituidos por llanuras sumamente planas labradas sobre sedimentos sueltos o inmaduros, en los que el cauce aún no ha desarrollado un valle definido, por lo tanto, avanza inestablemente entre abundantes y pronunciados meandros, con frecuentes cambios de recorridos, exacerbado por un acentuado volumen de sedimentos transportados por sus aguas.
Frecuentemente son parte de una frontera húmeda mayor, la cual se continúa apoyándose en ríos afluentes o efluentes del cuerpo lacustre, como ocurre con los Grandes Lagos entre Estados Unidos y Canadá.
Si el corte limítrofe es perpendicular al eje natural del lago se emplea una línea imaginaria que une dos puntos a cada lado del mismo, ya sea dos hitos que marcan puntos artificiales o rasgos naturales, como desembocaduras de cursos fluviales o cumbres de montañas; también es posible combinarlos y que cada lado del lago esté definido por rasgos distintos.
[24] También se utiliza el formato de costa seca; un ejemplo es el existente en el lago Malaui entre la república homónima y Tanzania.
Por esta razón el punto donde comienza la frontera marítima casi nunca es señalado con un hito, ya que las aguas lo destruirían.
Esto forzosamente hace que desde el hito físico erigido la línea limítrofe sea solo proyectada hasta el punto convenido.
[31][32] En los casos de trazar fronteras sobre territorios marinos el límite puede apoyarse en un meridiano, en un paralelo o formar una línea poligonal que no guarde relación con algún rasgo geográfico.
Las segundas constituyen líneas rectas e imaginarias que unen cabos o islas litorales.