[5] Los términos «feminicidio» y «femicidio» suelen utilizarse como sinónimos, pero algunas especialistas diferencian los significados de ambas palabras.
[6] El término femicide registra esporádicos antecedentes de uso en el idioma inglés desde comienzos del siglo XIX,[7] pero comenzó a difundirse desde que Diana Russell lo utilizara en 1976 ante el Tribunal Internacional de los Crímenes contra la Mujer,[8] y sobre todo desde que instalara el concepto con sendas publicaciones realizadas en 1990 y 1992.
[9] En el marco de esas investigaciones aparecieron varios términos en inglés para designar el concepto, como femicide y gendercide, entre otros.
[16][14][17] Ese mismo año la mexicana Julia Monárrez publicó el artículo «La cultura del feminicidio en Ciudad Juárez, 1993-1999».
[25] También en 2005 Marcela Lagarde conoció a Diana Russell y se ofreció a traducir al español su libro Femicide: the politics of woman killing, escrito con Jill Radford, acordando entre ambas traducir la palabra femicide como feminicidio.
[26] Russell por su parte expresó su desacuerdo, tanto con la nueva definición del concepto feminicidio realizado por Lagarde, como por la duplicación feminicidio/femicidio, generadora de confusiones y enfrentamientos.
Los científicos sociales y las normas nacionales e internacionales tienen considerables diferencias tanto en la definición sociológica, como en la definición jurídica del término, diferencias que se extienden a los conceptos vinculados de género y violencia de género.
La persistencia patriarcal no puede sostenerse sin la violencia que hoy denominamos de género».
[43] Entre los tipos de feminicidio, se distingue el feminicidio íntimo, que es cometido por una persona con la cual la víctima tenía o había tenido una relación sentimental (esposo, exesposos, novios, amantes, etc.), del feminicidio no íntimo, que es cometido por una persona o un grupo de personas que no ha tenido ninguna relación sentimental con la víctima, ni se encuentran unido a la misma por un vínculo de parentesco.
[50] En la misma línea, pero ampliando aún más el concepto al incluir bajo tal terminología no sólo la muerte dolosa sino otros actos de violencia previa, Julia Monárrez dice que «El feminicidio comprende toda una progresión de actos violentos que van desde el maltrato emocional, psicológico, los golpes, los insultos, la tortura, la violación, la prostitución, el acoso sexual, el abuso infantil, el infanticidio de niñas, las mutilaciones genitales, la violencia doméstica y toda política que derive en la muerte de las mujeres, tolerada por el Estado».
Estudios sociológicos explican que estas mujeres son vistas como blanco fácil para la violencia porque su raza las sitúa en lo más bajo de la jerarquía social[cita requerida] y económica.
Según estos reportes, el número de femicidios en el país se ha mantenido estable durante los últimos años entre 40-50 casos anuales.
Datos que, según la misma nota, son incluso menores a las estadísticas obtenidas para el año 2018 (41 menos).
La cifra acumulada de los feminicidios en El Salvador entre enero y noviembre se elevó aproximadamente un 7,25 %, en comparación con el mismo lapso de 2020, según las cifras consensuadas por la Policía, Fiscalía y Medicina Legal consultadas este miércoles por Efe.
Esta cifra representa un alza del 7,25 % en los asesinatos por odio contra mujeres en diez meses.
Las actas mensuales indican que en enero se cometieron 12 feminicidios, 4 en febrero, 14 en marzo, 6 en abril y 10 en mayo.
"Las mujeres nos encontramos en un abandono y en un quiebre del estado de derecho", porque lo "poco que teníamos ahora está totalmente fracturado y no hay ninguna evidencia que vaya a mejorar", dijo a Efe Keyla Cáceres, de la organización Colectiva Amorales.
Amnistía Internacional (AI) considera a El Salvador uno de los países más peligrosos del mundo para las mujeres.
La tipología de feminicidio sexual sistemático creada por Julia Monárrez responde precisamente a estos hechos.
No es de extrañar, por lo tanto, el énfasis que autoras como Lagarde han puesto en el papel del Estado en el feminicidio.
Además, este mismo trabajo calculó que entre el 2011 y el 2015 se perdieron 16,567 años debido a muertes prematuras por feminicidios.
[63] En su cultura nativa, también se acostumbraba sacrificar mujeres si el jefe de la tribu caía enfermo, para propiciar su sanado.
La norma pretende acabar con la violencia machista y otorgar a la mujer una protección integral.
Posteriormente se amplió la tipificación del delito y las penas asociadas al femicidio con la Ley Gabriela el 2020.
La ley también prevé que no se podrá conceder la reducción de la pena por ningún motivo a los condenados por femicidio, pero esta estipulación fue declarada inconstitucional en 2018.
Los cuerpos mostraban signos de que las mujeres habían sido violadas con extrema crueldad.
Ocho años más tarde, la Corte condenó por primera vez en la Historia a un país, México, por considerarle responsable de feminicidio.
La condena no se limita a los cinco casos denunciados sino que incluye una serie de deberes impuestos al Estado mexicano para investigar e impedir los feminicidios en su territorio.
A esta fecha se calcula que todos los días hay cerca de 16 violaciones y una mujer es golpeada o asesinada por su pareja.
Además, brinda información morbosa adicional, que atrae una mayor audiencia, pero viola los derechos a la privacidad de las personas implicadas en el crimen.