Pudo estudiar los primeros años, pero pronto tuvo que acompañar a su padre en el sostenimiento familiar haciendo medias.
John escapó de su casa con su Biblia y con los escritos traducidos al Tannense para nunca volver.
Dos años después, John y Margaret regresaron a las Islas Nuevas Hébridas, estableciéndose una misión en la isla Aniwa, donde encontraron tribus similares a los de la isla de Tanna, pero donde corrieron mejor suerte que en la primera.
Allí John y Margaret tuvieron varios hijos, uno de los cuales cuando creció regresó a las Islas Nuevas Hébridas también como misionero.
En sus últimos años, John y Margaret se establecieron en Australia donde ayudaban a promocionar misiones a las Islas Nuevas Hébridas – con mucho éxito ya que por lo menos 25 misiones se establecieron en estas islas.