Durante mucho tiempo, la duquesa Cristina había buscado un matrimonio entre Enriqueta Adelaida y el entonces delfín de Francia, quien más tarde se convirtió en el rey Luis XIV.
Sus informes secretos, incluidos la belleza de la futura novia, que ya era legendaria en ese momento, había llevado al elector bávaro Maximiliano I a insistir en que su hijo se casara con Enriqueta Adelaida y no con su hermana, Margarita Yolanda.
Debido a esta prolongada espera, ella y su séquito se quedaron en Bad Heilbrunn para recibir una cura en 1659.
Ella y su marido llegaron a tener finalmente los siguientes hijos: Como electora, Adelaida fue una importante consejera de su esposo.
Adelaida tuvo una enorme influencia en las Relaciones Exteriores de Baviera, dirigiendo siempre a su pueblo hacia una política francesa, lo que finalmente condujo a una alianza entre Baviera y Francia en contra de Austria.
Debido a ello, cogió un resfriado en el proceso, por el cual después de sufrir durante dos años, murió.
Su esposo la sobrevivió tres años, siendo su ataúd depositado junto al de ella en la cripta.