El edificio fue proyectado por el famoso arquitecto del barroco italiano Guarino Guarini, y destaca por su original cúpula.
Las autoridades están de acuerdo en que si hubiera estado en su lugar habitual, la Síndone habría sido completamente destruida por las llamas.
El edificio de la propia catedral no sufrió grandes daños por las llamas, desafortunadamente el daño más serio afectó a la capilla de la Sábana Santa y al edificio contiguo del palacio Real.
Finalmente, se tomó la decisión de reemplazar 1150 elementos dañados y consolidar los 4000 restantes.
[2] Tras su llegada a la Catedral de Turín, la Sábana Santa ha sido expuesta al público en numerosas ocasiones, aunque ya había sido expuesta en las diferentes iglesias donde se había custodiado anteriormente.
Actualmente, la Sábana Santa es expuesta al público en determinados momentos, lo que se denomina "ostensión".