Arquitectura barroca en Italia

La arquitectura barroca italiana se refiere a la arquitectura barroca practicada en la península itálica, en lo que hoy es Italia, en una época en que las ciudades-estado gradualmente habían ido perdiendo su independencia y estuvieron bajo la dominación extranjera, primero bajo España (1559-1713) y después Austria (1713-1796).[1]​ De hecho, las características fundamentales de la arquitectura barroca, altamente decorativa y teatral, fueron las líneas curvas, con patrones sinuosos, como elipses, espirales o curvas con una construcción policéntrica, a veces con motivos que se entrelazan entre sí, para ser casi indescifrables.Sus dimensiones son extraordinarias; se le considera el mayor edificio de la Europa del siglo XVIII.Así, el hombre volvió a perseguir la seguridad, eligiendo entre las alternativas ofrecidas por la época; el nuevo mundo se volvió «pluralista», ofreciendo al hombre una variedad de opciones y alternativas, tanto religiosas como filosóficas, económicas y políticas.[N-S.Por ejemplo, en Francia, la periodización no se relaciona con el trabajo de artistas individuales, sino que se debe a la política cultural de Luis XIV, que llevó a identificar este estilo con el nombre del soberano.[Fus.La plaza está formada por dos columnatas, diseñadas por Gian Lorenzo Bernini en una escala colosal sin precedentes para adaptarse al espacio y propiciar emociones de asombro.Su idea de la residencia nobiliaria en la ciudad barroca está caracterizada por los romanos palacios Barberini (1629) y Chigi-Odescalchi (1664).Considerado por las generaciones posteriores como un arquitecto revolucionario, Borromini rechazó el enfoque antropomórfico del siglo XVI, y optó por basar sus proyectos en complicadas figuras geométricas (módulos).Su icónica obra maestra es la pequeña iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane, que se distingue por una planta ovalada y por los complejos ritmos convexos-cóncavos.Tras la muerte de Bernini en 1680, Carlo Fontana se asentó como el arquitecto más influyente que trabajaba en Roma.El siglo XVIII vio como la capital del mundo arquitectónico europeo se trasladaba desde Roma a París.La planta, generada esencialmente por la intersección de dos triángulos equiláteros contrapuestos, está coronada en alzado por una cúpula con una linterna acabada en espiral.La planta, aunque adopta el modelo de la iglesia del Gesù, presenta capillas laterales menos profundas y notablemente más altas; la nave está articulada por las pilastras laterales que marcan, junto con la cúpula, el fuerte ritmo vertical del edificio.[N-S.Incluso la fachada, la parte más clásica de la obra, presenta elementos innovadores en los arcos extendidos del último orden.[N-S.La fachada, en la que se mantuvo sustancialmente la huella del proyecto inicial, tiene un patrón convexo y muestra, a los lados de la planta baja, algunas masas en piedra rústica.A pesar de las alteraciones sufridas durante el siglo XVIII, la fachada agregada por Bernini puede considerarse un verdadero modelo para las fachadas de los palacios barrocos:[N-S. 13]​ presentaba un resalte en la parte central (desaparecida durante las ampliaciones del siglo XVIII), definida por lesenas gigantes y coronado por una balaustrada en la parte superior.Otro espacio importante fue la piazza Navona, construida sobre las ruinas del antiguo estadio voluntad del emperador Domiciano y que, en el siglo XVII, asumió las características de una plaza típicamente barroca, tanto como para ser identificada como el verdadero y propio centro de la Roma seicentesca.16]​ Esta serie de plazas barrocas encuentra su ápice en la famosa piazza San Pietro, completada por Bernini bajo Alejandro VII entre 1657 y 1667.La plaza oval, delimitada por imponentes columnas dispuestas en varias filas, debería haberse cerrado con un tercer brazo, pero nunca se ejecutó; a pesar de esto, Bernini creó un espacio bien definido, pero al mismo tiempo abierto al exterior e integrado con el resto de la ciudad gracias a la permeabilidad ofrecida por las grandes columnatas.[N-S.[20]​ Sin embargo, desde 1610 y en las décadas siguientes en Nápoles, entonces bajo dominio español, se construyeron muchas iglesias barrocas, a menudo adornadas con ricas decoraciones de mármol o estuco (comparables con los interiores berninianos), pero privadas de los inventos espaciales y su fusión con la arquitectura típica del barroco romano.[24]​ Sólo a principios del siglo XVIII con Ferdinando Sanfelice (1675-1748) la arquitectura napolitana se dirigió hacia una verdadera sensibilidad barroca para las formas espaciales complejas.El barroco siciliano es una variante local de la arquitectura barroca italiana que se desarrolló en la isla de Sicilia, en la Italia meridional, durante los siglos XVII y XVIII, un estilo distintivo ampliamente descrito por el historiador del arte inglés Anthony Blunt.El estilo barroco siciliano voló durante la gran reconstrucción edilicia que siguió al terremoto de 1693.Su particular interpretación los llevó paulatinamente a generar una forma de arte altamente localista y personalizada.6]​ Guarini fue un monje peripatético que combinaba muchas tradiciones (incluida la de la arquitectura gótica) para crear edificaciones irregulares notables por sus columnas ovaladas y por las fachadas poco convencionales.13]​ Juvarra terminó su corta pero intensa carrera en Madrid, donde trabajó en los palacios reales de La Granja y Aranjuez.[29]​ Richini introdujo una planta combinada, que consiste en dos áreas centrales, derivadas de Sant' Alessandro, también en Milán.Esta interesante solución, posiblemente la primera fachada curva del período barroco, es anterior a ciertos temas expresados más tarde por Borromini, y confirma a Richini como uno de los más grandes arquitectos del barroco temprano.[N-S.20]​ El barroco veneciano, según la práctica local,[N-S. 21]​ vio a Baldassarre Longhena (1598-1682) como su principal exponente.Algunos de esos grandes palacios han sido considerado por los críticos entre los más importantes del panorama italiano.
Plaza de San Pedro de Roma, donde, bajo la cúpula renacentista de Miguel Ángel , destacan los elementos barrocos: la fachada (1607-1626) de Maderno y la columnata de Bernini
La Basílica de Superga (1717-1731) cerca de Turín , obra de Filippo Juvarra
La cúpula de la capilla de la Sábana Santa (1668-1694), de Guarino Guarini
Iglesia de Santa Susana (Roma) (1585-1603), de Carlo Maderno, el «primer ejemplo plenamente realizado de arquitectura barroca».
Planta de San Andrés del Quirinal (1658).
Planimetría de la iglesia de San Carlo alle Quattro Fontane con el convento y el claustro.
Galería perspectiva del palacio Spada .
Plaza del Popolo en un grabado de Piranesi antes de la transformación de Giuseppe Valadier .
Plaza de San Pedro con el terzo braccio .
Vista de la cúpula de la capilla Real del Tesoro di San Gennaro (1608-1646), obra de F. Grimaldi con frescos de Lanfranco y Domenichino
Escalera napolitana típica del Palazzo dello Spagnolo (1738, obra de Ferdinando Sanfelice y Francesco Attanasio
San Benedetto (Catania), con frescos de Giovanni Tuccari
Nave de la Chiesa del Gesù (Palermo) (1590-1632)
Piazza San Carlo , ejemplo del urbanismo barroco turinés, 1638
Palazzo Ducale (1640-1656), reformado por Carlo y Amedeo
El interior barroco del palazzo Litta de Milán.
El barroco palazzo Litta en Milán.
Fachada de San Moise
Bartolomeo Bianco, Palacio de la Universidad de Génova, patio