María Antonia de Austria

El último rey Habsburgo de España, Carlos II, no tenía hijos.

Aun así, desde su niñez María Antonia había sido destinada por su padre a casarse con su tío, Carlos II.

Su matrimonio con María Antonia tuvo lugar únicamente por razones políticas, pues el elector nunca estuvo enamorado de ella.

La noticia fue recibida en la corte española con inmensa alegría, como demuestran las palabras del barón de Lancier, embajador bávaro en España, quien escribió un mes más tarde desde Madrid: "Aquí se ha recibido esa noticia como si hubiese tenido el Rey un hijo; ayer y hoy ha estado la Corte de gala, y está iluminada toda la ciudad."

Respecto a la reina madre, Mariana de Austria, el mismo barón de Lancier escribió a Maximiliano Emanuel lo siguiente: "Esta señora tiene tan gran afecto por Vuestra Alteza Electoral y por la señora Electriz que es imposible describirlo con palabras y dudo bastante que quiera dejar por mucho tiempo al Príncipe Electoral en los brazos de la señora Electriz; probablemente ella misma querrá tenerlo entre sus propios brazos."

En España, esta última renuncia de María Antonia tampoco fue considerada como válida por no haber sido aprobada por las Cortes españolas, razón por la cual el pequeño José Fernando siguió siendo considerado heredero de la monarquía española hasta su muerte.