Se trata de un municipio hispanófono, en el que el español cuenta con el predominio lingüístico reconocido legalmente.
Con una vegetación típica del bosque mediterráneo, cuyas características ambientales e históricas favorecen la existencia de una gran biodiversidad de especies vegetales como pinos, carrascas, lentiscos, madroños, etc.
La sierra le ofrece al viajero alturas que superan los mil metros sobre el nivel del mar, profundos barrancos con paredes de vértigo, dulces carrascales, abruptos roquedales y abundantes manantiales.
La carretera que conduce a Navalón discurre ondulada por los medios planos de la baja serranía enguerina, para ascender suavemente hasta llegar a la Peraleja, donde se localiza un cruce de carreteras.
A dicho cuerpo central se le agregan los demás edificios auxiliares, cuadras y corrales más o menos abiertos.
En los últimos años los cultivos agrícolas, en especial la aceituna, han adquirido más importancia, aunque el componente complementario o de segunda actividad de la agricultura es evidente.
El filólogo Manuel Sanchís Guarner, quien realizó estudios dialectológicos en la zona a mediados del siglo XX, cifró en un 30 % la presencia de valencianismos léxicos en el habla comarcal.
Desde esta institución también se trabajan temas de etnología, fundamentales para conservar la historia más reciente y la memoria local.
El Museo Arqueológico Municipal de Enguera conserva tres colecciones temáticas.
La civilización islámica, que dominó el territorio entre los siglos VIII y XIII dejó un importante legado de topónimos, costumbres y una obra arquitectónica trascendental: el Castillo de Enguera.
A través del entramado urbano local se puede apreciar el paso del tiempo que va desde la presencia musulmana en el casco histórico hasta el posterior crecimiento de los siglos XVI, XVII y XVIII en los que se realizaron los edificios más notables que conservan en la actualidad: la iglesia de San Miguel Arcángel y el convento de Carmelitas Descalzos de San José y Santa Ana.
En los Museos de Enguera se recogen todas las manifestaciones culturales documentadas: arqueología, arquitectura, etnología, toponimia, etc. que permiten documentar exhaustivamente el catálogo de los distintos bienes que conforman el patrimonio cultural.
Los protagonistas son los niños que acuden a la bendición del hinojo, popularmente llamado «»sangil».
Los productos agrícolas son relevantes dentro de la economía local y especialmente, por su transcendencia, el aceite de oliva que produce la Cooperativa del Campo bajo la marca El Campiñero.