La superficie del término es montañosa, con un pequeño sector llano en su parte central.
Drenan el término los barrancos del Turco, Matet, Miguel, Culendra, Abrullador, etc. Se accede a este pueblo, desde Valencia, a través de la A-7 tomando luego la CV-580.
Chella es un término de gran interés arqueológico, y es bien conocido gracias a las exploraciones e investigaciones.
De los tiempos del Eneolítico, se conocen restos en unas covachas.
En este siglo crece la población a partir del casco medieval; los restos del castillo musulmán se quedan en la parte alta, hoy barrio de la Peña.
En este mismo siglo se experimentó un crecimiento económico muy importante: la transformación de secanos en huerta, gracias al descubrimiento de un nuevo manantial (El Abrullador) tal como reseña Cabanilles en su obra.
Existe la leyenda, con tintes románticos, de que El Chato, personaje real al servicio del caciquismo, se hizo rodero (bandolero) por un desengaño amoroso.
Esta intervención fue decisiva para evitar la rebelión militar de Valencia contra la Segunda República.
Detenido durante la ocupación alemana, fue hecho prisionero en el campo de Vernet d'Ariège en los Pirineos.
Durante la dictadura de Francisco Franco, fue condenado al ostracismo por los habitantes y partidos políticos relacionados, hasta que su heroica historia fue encontrada a través de ensayos y publicaciones.
Sus descendientes directos aún viven en Chella, así como en Francia, donde murió el 6/7/1970 sin haber vuelto a ver su país natal.
Un tributo a su heroica intervención fue entregado por el Ayuntamiento de Paterna en 2006.
En las zonas de regadío se cultivan ajos, trigo, maíz, cacahuetes, cebollas, tabaco y frutales.