Esta alianza, conocida como Barisan Alternatif (Frente Alternativo) y compuesta por cuatro partidos, no pudo registrarse legalmente pero presentó un manifiesto unificado.
Aunque hubo altas expectativas opositoras durante la campaña, el Barisan Nasional revalidó su mandato con una holgada victoria al recibir el 56.53% del voto popular y conservar una mayoría de dos tercios con 148 de los 193 escaños del Dewan Rakyat.
El crecimiento opositor no dejó a las elecciones exentas de acusaciones por irregularidades.
[1] Todo ciudadano que haya alcanzado la edad de veintiún años y que esté en la "fecha de calificación" (fecha por referencia a la cual se preparan o revisan las listas electorales) residente en un distrito electoral o, si no es así, se clasifica como "votante ausente" (uno que está registrado como un votante ausente con respecto a ese distrito electoral) tiene derecho a votar en ese distrito electoral en cualquier elección del Dewan Rakyat.
Todo ciudadano residente en la Federación está calificado para ser miembro del Dewan Rakyat si no tiene menos de 21 años y del Dewan Negara si tiene al menos treinta años.
Las elecciones parciales se llevan a cabo, o se realizan nombramientos, dentro de los 60 días (90 días en los estados de Sabah y Sarawak) para llenar los escaños parlamentarios que quedaran vacantes en las elecciones generales.
Como Ministro de Finanzas, Ibrahim mantuvo la prosperidad y crecimiento económico que hasta entonces disfrutaba el país, lo que lo llevó a ser nombrado Ministro de Finanzas del Año por la publicación Asiamoney en 1996.
Anwar, como Ministro de Finanzas, apoyó el plan del Fondo Monetario Internacional (FMI).
También instituyó un paquete de austeridad que redujo el gasto gubernamental en un 18%, recortó los salarios ministeriales y postergó los grandes proyectos.
Anwar abogó por un enfoque de libre mercado para la crisis, incluida la inversión extranjera y la liberalización del comercio.
Para mediados de 1998, el enfrentamiento entre Anwar y Mahathir llegó a un punto crítico.
Anwar obtuvo una orden judicial para evitar la distribución del libro y presentó una demanda contra el autor por difamación.
Mientras estaba bajo custodia policial en 1998, Anwar fue golpeado por el entonces inspector general de la Policía, Rahim Noor.
Hizo una disculpa pública ante Anwar y pagó una suma no revelada de dinero por los daños.
[7] Poco después de su destitución, Anwar había iniciado el movimiento Reformasi (Reformismo) basándose en el mismo movimiento que había derrocado al régimen de Suharto en la vecina Indonesia meses atrás.
Tal movimiento consistió en una serie de disturbios sociales, desobediencia civil, manifestaciones y activismo en línea.
El gobierno también eliminó los quince minutos en la televisión estatal que por ley electoral correspondían a la oposición.
[10] La campaña llegó a su mínimo histórico al durar tan solo nueve días, durante los cuales la oposición no tuvo acceso a los medios estatales y se vio asfixiada económicamente por el oficialismo.
Había alrededor de 3.000 vallas publicitarias del frente oficialista afirmando que la población debía seguir apoyando electoralmente al BN para mantener una prosperidad continua.
[10] Por su parte, el Barisan Alternatif, aunque era una coalición informal y sus cuatro componentes compitieron bajos sus propios símbolos electorales, lanzaron un manifiesto conjunto titulado "Hacia una Malasia Más Justa".
En su manifiesto se comprometió a buscar "restaurar la posición legítima de Sabah en la Federación".
Con mayoría de dos tercios en las dos legislaturas anteriormente mencionadas, el PAS alcanzó su apogeo electoral.
[14] La crisis dentro del Partido de Acción Democrática (DAP) por haberse unido a una coalición con un partido islamista y una escisión del oficialismo se hizo evidente al perder gran parte de su antigua hegemonía opositora, perdiendo su líder Lim Kit Siang no solo el liderazgo parlamentario de la oposición ante el PAS, sino también su escaño ante el Barisan Nasional.
Su declaración final con respecto a su derrota fue "los votantes han hablado y acepto el veredicto".
Pese a que muchas ONGs respaldaron estas acusaciones y afirmaron encontrar varias personas registradas como votantes fallecidas hacía mucho tiempo, la Comisión Electoral desestimó las denuncias como un intento de "afectar el proceso democrático y empañar la imagen del país en el exterior".