El amiguismo existe cuando el que designa y el beneficiario de tal designio, se encuentran en contacto social previo.
Los gobiernos son especialmente susceptibles a acusaciones de amiguismo, ya que ellos gastan dineros públicos.
No es inusual que un político se rodee de subordinados altamente calificados y, por ello, desarrolle amistades sociales, comerciales o políticas que pueden conducir a la designación de amigos en el gobierno o, a otorgar contratos con el gobierno.
Sin embargo, a menudo no existe un límite claro sobre cuando una designación en un cargo en el gobierno es "amiguismo" excelente (antecedentes y experiencia).
En última instancia casi siempre conduce a un gobierno que presta un servicio de pobre calidad al público.