En Spinazzola se halla el santuario de María Santísima del Bosque.Sin embargo, no está claro si estas disposiciones tuvieron algún efecto real, ya que las Notitiae Episcopatuum bizantinas del siglo XI mencionan solo una sede sufragánea de Otranto, la de Tursi,[4] y Gravina o cualquiera de sus obispos nunca aparecen en las documentos.En 999 la ciudad fue atacada por los sarracenos, que destruyeron la catedral de San Juan Bautista.Alberga en un relicario un brazo de santo Tomás Becket obtenido del obispo Roberto en 1179.La Santa Sede intervino a su vez y depuso al obispo en octubre de 1266.[nota 2] El obispo Giacomo II terminó sus días asesinado por sicarios del barón Teodoro de Gravina, con el que había entrado en conflicto.Su sucesor Nicola (hacia 1320-1335) reanudó la controversia contra los arciprestes de Altamura, sufriendo también un duro revés, con la suspensión a divinis y la interdicción por siete años.[12] De hecho, el obispo Enrico Dasmani, nombrado en 1411, parece que nunca tomó posesión de la diócesis, dejando así la sede vacante durante 18 largos años, hasta que el capítulo y los eclesiásticos de Gravina se vieron obligados a fijar residencia y elegir a Giovanni Roberto Santoro, elección aceptada y ratificada por el papa Martín V.[14] Le siguió el modenés Antonio Maria Manzoli (1581-1593), que reconstruyó la sacristía de la catedral tras el derrumbe del campanario.El prelado altamurano Girolamo De Mari, que había ido a Roma para defender sus prerrogativas, fue arrestado y encarcelado.[13] El siglo XVII estuvo marcado por el largo episcopado de Domenico Cennini (1645-1684): «fundó la Congregación de la Doctrina Cristiana, redujo a cuatro las seis parroquias existentes, hizo construir la iglesia de Santa María del Suffragio (Purgatorio), instituyó la «Sacro Monte del Sufragio»… Creó la biblioteca para el clero, donando todos sus libros y todos sus bienes para mejorar las condiciones y los estudios del seminario.»[13] Durante su episcopado, en 1674, san Miguel Arcángel fue proclamado patrono de la ciudad y de la diócesis, cuya fiesta fue instituida por el obispo Marcello Cavalieri (1690-1705), a quien también se debe la construcción de un nuevo seminario en las inmediaciones del palacio episcopal.